Jueves 25 de abril de 2024

Mons. Martínez: ´El celibato es hacer opción por una mayor radicalidad evangélica´

  • 24 de abril, 2024
  • Posadas (Misiones) (AICA)
En la Jornada mundial por las Vocaciones, el obispo de Posadas sostuvo que "solo desde la fe podemos tener una comprensión profunda de temas como el matrimonio, el sacerdocio y el celibato".
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El domingo 21 de abril, cuarto del tiempo de Pascua, monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas, compartió su mensaje, en el cual se refirió a la Jornada mundial por las Vocaciones, fiesta que se celebra en esa fecha -denominada también Domingo del Buen Pastor- y en la que se pide especialmente por las vocaciones sacerdotales y de vida consagrada.

“Por eso, este domingo es llamado el domingo del Buen Pastor”, señaló, y continuó: “El Evangelio que leemos (Jn 10,11-18), nos dice: ´Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir el lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa… Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí´. Antes, como ahora, estas palabras eran bien recibidas por unos que se convertían a Jesús, y a otros escandalizaba y generaba polémicas…, el texto termina diciendo: ´Se produjo otra vez una división entre los judíos por estas palabras…´ (Jn 10,19)”.

En relación a esa lectura del Evangelio, y como en sus anteriores mensajes, el prelado remarcó la importancia de “tener una experiencia de encuentro con Cristo resucitado para poder captar que nuestra vida está cargada de sentido. Quizá esta expresión nos sirva para entender que solo desde la fe podemos tener una comprensión profunda de temas como la vida, la familia y el matrimonio, la Iglesia y su misión, el sacerdocio y el celibato”. 

Además, señaló que “desde una visión materialista, que sólo comprende al hombre desde lo fisiológico e instintivo, difícilmente se puedan entender estos valores como un don de Dios, como un regalo e instrumento de servicio a la humanidad y al bien común. Desde una antropología materialista, el matrimonio monogámico y el celibato serán considerados como algo antinatural”.

“Reducir el celibato a una mera imposición de la Iglesia es, de hecho, una falta de respeto a la inteligencia y al mismo Cristo, que es el ´Sumo y eterno Sacerdote´, célibe, que dio su vida por todos nosotros. En los textos bíblicos se descubre una profunda valoración por el celibato y la castidad por el Reino de los cielos, así como en los Padres de la Iglesia, doctores y pastores, desde el inicio apostólico y hasta el presente”.

En este sentido, sostuvo que “unir el celibato y el sacerdocio ministerial es una opción por una mayor radicalidad evangélica, hecha por la Iglesia desde su potestad y respaldada por la Palabra de Dios y el testimonio de los santos y tantos hombres y mujeres que, a lo largo de la historia, desde este don, y aún desde sus fragilidades, trataron y tratan de donarlo todo en exclusividad a Dios y a su pueblo. Los malos ejemplos, y aún nuestras propias limitaciones, no invalidan el aporte de tantos que, antes y actualmente, dan su vida por los demás”.

Como referencia sobre este tema, el diocesano citó también al papa Benedicto XVI, quien en una ocasión señaló a unos seminaristas el hecho de que, “una vez más, Jesús es el modelo ejemplar de adhesión total y confiada a la voluntad del Padre, al que toda persona consagrada ha de mirar. Atraídos por Él, desde los primeros siglos del cristianismo, muchos hombres y mujeres han abandonado familia, posesiones, riquezas materiales y todo lo que es humanamente deseable, para seguir generosamente a Cristo y vivir sin ataduras su Evangelio, que se ha convertido para ellos en escuela de santidad radical”.

Luego, volvió a remarcar la importancia de una correcta comprensión de la persona humana en su capacidad de donación: “Si a la sexualidad la humanizamos y consideramos la capacidad de espiritualidad en el hombre y la mujer, así como la inteligencia, la voluntad, la libertad, y su capacidad de trascendencia, se podrá captar que la sexualidad y la genitalidad son maravillosas y mucho más plenas, porque están ligadas al amor humano, y no sólo a una sexualidad liberada a los instintos, que siempre deja a la persona sumergida en una profunda insatisfacción”. 

“Desde una comprensión correcta de la persona humana, también se puede entender que la sexualidad es un vehículo que no sólo hace a la generosidad, sino que puede instrumentar la donación de la propia vida en el amor a los demás. En definitiva, porque la persona está hecha para el Amor y donándose es donde se plenifica”, señaló.

Para finalizar, monseñor Martínez llamó -tanto ese fin de semana como también de forma continua- a “rezar por las vocaciones sacerdotales y religiosas, con la confianza en la iniciativa de Dios y la respuesta humana. El mismo Señor nos dijo que imploremos, porque la mies o el trabajo es mucho y los operarios son pocos. Desde ya, damos gracias a Dios, porque Él sigue obrando el llamado y la respuesta de muchos jóvenes a consagrarse a Dios y a sus hermanos”. +