Martes 23 de abril de 2024

Francisco a la Archicofradía Virgen de la Cinta: sean signo de fraternidad

  • 12 de abril, 2019
  • Ciudad del Vaticano
El papa Francisco recibió el viernes 12 de abril en audiencia a los miembros de la Archicofradía de la Virgen de la Cinta", Tortosa, España, organización que celebra el cuarto aniversario de su fundación y a la que animó a ser signo de esperanza.
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El papa Francisco recibió el viernes 12 de abril en audiencia a los miembros de la Archicofradía de la Virgen de la Cinta", Tortosa, España, organización que celebra el cuarto aniversario de su fundación y a la que animó a ser signo de esperanza.

El obispo de Tortosa, monseñor Enrique Benavent Vidal, tuvo a su cargo el saludo al pontífice. Entre otras autoridades, la comitiva estaba integrada por la alcaldesa la ciudad, señora Meritxell Roigé.

El prelado explicó que según una antiquísima tradición transmitida a través de los libros litúrgicos de la diócesis, la noche del 24 al 25 de marzo de 1178, la Virgen se apareció a un sacerdote que estaba a punto de celebrar los maitines en la catedral y le entregó el cíngulo que ceñía su manto, diciéndole: "Porque han construido esta Iglesia en honor de mi Hijo y en el mío y porque los amo a ustedes los tortosinos, pongo sobre el altar este cíngulo con el que me ciño y, se lo entrego para que lo conserven como signo de mi amor".

Tras el saludo del prelado, Francisco dirigió a los presentes un discurso en el que recordó que la cofradía de Nuestra Señora de la Cinta ha estado desde su comienzo vinculada al sucesor de Pedro.

"El vínculo de la caridad que en cuanto cofrades los une con su obispo y, a través de él, con el Papa, constituye un don importante que los enriquece pero que también comporta una misión: la de ser fermento de solidaridad en la sociedad", señaló.



"Mirando el ejemplo de María estamos llamados a llevar esa fraternidad a todos los rincones de la sociedad. Ustedes están presentes en diferentes realidades eclesiales en vuestra diócesis, de esa manera colaboran para que la Iglesia sea ante todo casa, familia, lugar de acogida y de amor, en la que todos, especialmente los pobres y marginados, puedan sentirse parte y jamás verse excluidos ni rechazados", agregó.

Por último, el Papa expresó: "Vivir de esta manera, como hermanos unidos, supone esfuerzo y renuncia, pero les aseguro que merece la pena, porque es un signo ante la sociedad que siempre está dividida, no es moda de ahora, siempre estuvo y es un pecado social dividirnos. Por eso toda manifestación de hermandad, de solidaridad ayuda" y los animó en su tarea para que sean "signo ante el mundo de esa fraternidad que viene de Dios".+