Viernes 29 de marzo de 2024

El Papa a la CEI: La sinodalidad como "modus vivendi" de la Iglesia

  • 21 de mayo, 2019
  • Roma (Italia) (AICA)
"El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio, es una dimensión constitutiva de la Iglesia", reiteró el papa Francisco a los obispos italianos en la apertura de la 73ª Asamblea general de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), que se está llevando a cabo en el Vaticano, del 20 al 23 de mayo, con el tema: "Modalidades e instrumentos por una nueva presencia misionera". En su discurso el pontífice habló sobre la sinodalidad, reforma de los procesos matrimoniales y relaciones entre sacerdotes y obispos.
Doná a AICA.org
El papa Francisco inauguró los trabajos de la 73ª Asamblea general de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), que se está llevando a cabo en el Vaticano, del 20 al 23 de mayo, con el tema: "Modalidades e instrumentos por una nueva presencia misionera".

En su discurso el pontífice habló sobre la sinodalidad, reforma de los procesos matrimoniales y relaciones entre sacerdotes y obispos.

El Papa recordó a los obispos la conmemoración del 50 aniversario de la Institución del Sínodo de los Obispos, celebrada el 17 de octubre de 2015, donde aclaró que "el camino de la sinodalidad es una dimensión constitutiva de la Iglesia, y ese camino ya está contenido en la palabra sínodo".

Por otra parte el pontífice señaló que el nuevo documento de la Comisión Teológica Internacional, sobre la sinodalidad en la vida y la misión de la Iglesia, durante la sesión plenaria de 2017, afirma que "la sinodalidad, en el contexto eclesiológico, indica el modus vivendi et operandi específico de la Iglesia, del Pueblo de Dios que se manifiesta de manera concreta y se da cuenta de su comunión para caminar juntos, reunirse en asamblea y participar activamente todos sus miembros en su misión evangelizadora".

Mientras que el concepto de sinodalidad, dijo el Papa, recuerda la participación de todo el Pueblo de Dios en la vida y misión de la Iglesia, el concepto de colegialidad especifica el significado teológico y la forma de ejercicio del ministerio de los obispos al servicio de la Iglesia particular confiada al cuidado pastoral de cada uno y en la comunión entre las Iglesias particulares dentro de la Iglesia única y universal de Cristo, a través de la comunión jerárquica del colegio episcopal con el obispo de Roma.

La colegialidad es, entonces, la forma específica en que se manifiesta y se realiza la sinodalidad eclesial a través del ministerio de los obispos en el nivel de comunión entre las Iglesias particulares en una región y en el nivel de comunión entre todas las Iglesias en la Iglesia universal. Toda manifestación auténtica de sinodalidad requiere, por su propia naturaleza, el ejercicio del ministerio colegial de los obispos".

Obispos cercanos a los sacerdotes
En otra parte de su discurso a la CEI el Santo Padre hizo hincapié en que "el obispo es el pastor, el signo de unidad para toda la Iglesia diocesana. El padre guía a los propios sacerdotes y a toda la comunidad de creyentes. Tiene la obligación inderogable de cuidar atentamente la relación con sus sacerdotes" y lamentó que "a algunos obispos, por desgracia, les cuesta establecer relaciones aceptables con sus sacerdotes, arriesgándose de esa manera a arruinar su misión y, además, debilitar la misma misión de la Iglesia".

"El Concilio Vaticano II nos enseña que los presbíteros constituyen con su obispo un único presbiterio, si bien es cierto que están destinados a oficios diferentes. Eso significa que no existe obispo sin su presbiterio y, a su vez, no existe presbítero sin una relación sana con el obispo", señaló.

"La relación sólida entre el obispo y sus sacerdotes se basa en el amor incondicional testimoniado por Jesús sobre la cruz que representa la única regla verdadera de comportamiento para los obispos y los sacerdotes" y añadió: "Los sacerdotes son nuestros más cercanos colaboradores y hermanos". "¡Son el prójimo más próximo! También se basa en el respeto recíproco que manifiesta la fidelidad a Cristo, el amor a la Iglesia, la adhesión a la Buena Nueva".

"Nosotros, los obispos, tenemos el deber de presencia y de cercanía al pueblo cristiano, pero, en particular, a nuestros sacerdotes, sin discriminación y sin preferencias. Un verdadero pastor vive en medio de su rebaño y de sus presbíteros y sabe cómo escuchar y recibir a todos sin prejuicios".

Por último, dijo que "ser padre de todos los sacerdotes, interesarse por todos y buscarlos a todos, visitarlos a todos, saber encontrar siempre el tiempo para escucharlos siempre que alguno lo pida o lo necesite, hacen que cada uno se sienta estimado y respaldado por su obispo". +