Jueves 28 de marzo de 2024

Mons. Mestre: "Saber ofrecer el sufrimiento a Dios"

  • 24 de julio, 2019
  • Mar del Plata (Buenos Aires)
En su reflexión del domingo 21 de julio, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, predicó sobre el Evangelio de Marta y María poniendo de manifiesto la virtud de cada una y el sacrificio que implica seguir a Jesús, porque hay que "saber ofrecer el propio sufrimiento a Dios".
Doná a AICA.org
En su reflexión del domingo 21 de julio, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, predicó sobre el Evangelio de Marta y María poniendo de manifiesto la virtud de cada una y el sacrificio que implica seguir a Jesús. "Marta: centrar su vida en la actividad", "María de Betania: centrar todo en el Maestro" y "Completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo", fueron las tres frases de su reflexión.

Marta: centrar su vida en la actividad
Al hablar de la actitud de Marta, el obispo marplatense "no se cuestiona la hospitalidad y el servicio de Marta", si no que le da valor. Sin embargo, "la forma de vivir este valor de Marta es cuestionada por Jesús", porque le falta una "conexión con lo esencial: con el Maestro", expresó. Monseñor Mestre describió los tres verbos que usa Jesús para hablar de la actitud de Marta: "ocupada: en tensión, absorbido, distraído"; "inquietas: ansioso, viviendo el futuro con angustia"; "agitas: crear desorden, desbordarse, provocar ruido".

María de Betania: centrar todo en el Maestro
Por su parte, María "sabe equilibrar en su vida y centrar todo en el Maestro. Es verdadera discípula porque se sienta a los pies del Señor y escucha su Palabra", indicó el prelado. Jesús la felicita porque eligió "la mejor parte, la que no le será quitada nunca. María supo elegir y nos invita a nosotros a elegir bien".



"Completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo"
En el último punto, el obispo de Mar del Plata retomó la segunda lectura de la carta a los Colosenses que plantea el sentido positivo del sufrimiento: "El dolor humano puede ser vivido en clave teologal y ofrecido para místicamente colaborar en la pasión de Cristo, completar en nuestra vida los sufrimientos del Señor". En este sentido, explicó lo que implica la difícil tarea de "saber ofrecer el propio sufrimiento a Dios", porque "el dolor humano puede escandalizar". Pero "debemos aprender de esta palabra del Apóstol que nos enseña a presentar nuestros sufrimientos para completar los padecimientos de Cristo".+