Martes 23 de abril de 2024

Coloridos festejos en honor de la Virgen de Urkupiña

  • 20 de agosto, 2019
  • Buenos Aires (AICA)
Con el lema "Con María comprometidos en la misión de anunciar a Jesús", en la diócesis de Mendoza se celebraron las fiestas patronales en honor de la Virgen de Urkupiña, patrona de la Integración Nacional de Bolivia. En Córdoba, una gran cantidad de fieles concurrió a los festejos por los 34 años de la presencia de la Virgen.
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La comunidad parroquial de Virgen de Urkupiña y Santos Mártires Rioplatenses, en la localidad mendocina de Guaymallén, celebró el 18 de agosto las fiestas patronales en honor de la patrona de la Integración, que en esta oportunidad llevaron el lema "Con María comprometidos en la misión de anunciar a Jesús". La misa central estuvo presidida por el obispo auxiliar de Mendoza, monseñor Marcelo Mazzitelli.

En los barrios cercanos al Mercado Cooperativo de Guaymallén se encuentra ubicada la Parroquia Virgen de Urkupiña y Santos Mártires Rioplatenses, una zona poblada por una gran cantidad de hermanos bolivianos, quienes trajeron la advocación de la Madre que está en el cerro Orcko Piña.

Por ese motivo, cada año se celebra en el lugar la Fiesta de la Asunción y se recuerda la importancia de la integración como una gran familia bajo la protección de la Virgen.

Fue una fiesta llena de colores, música y alegría, en la que los fieles renovaron su compromiso con el llamado a la misión.

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En la parroquia Nuestra Señora del Trabajo, del barrio Villa El Libertador, en Córdoba, se celebraron los 34 años de la presencia de la Virgen de Urkupiña en nueve misas con masiva concurrencia.

Cumplidas las nueve celebraciones, el viernes 16 se procedió al cambio de manto de cada una de las figuras: las más de 30 que se encontraban en la iglesia y las que cada vecino llevó desde sus domicilios. En la explanada de la casa religiosa sonaron bandas típicas de Bolivia. Al igual que cada una de las misas, comenzó a las 19.30 y se extendió hasta la madrugada del sábado.

A las 9.30 del sábado, comenzó la última misa, y fue el punto de partida de la procesión que inició en avenida de Mayo y esquina La Falda, por la avenida, hasta llegar a la plaza de Villa El Libertador.

Allí se cantaron los himnos argentino y boliviano, se izaron la bandera tricolor de Bolivia, la wiphala y la argentina. Finalmente, hicieron su entrada los grupos folclóricos, luego de los discursos de las autoridades bolivianas y argentinas. Al frente de la iglesia se colocaron todas las vírgenes, y más de 40 agrupaciones de fieles honraron a la Virgen con música y bailes típicos.

La diócesis de Catamarca también celebró a la patrona de Bolivia. Los festejos fueron el jueves 15 de agosto, día en que la Iglesia celebra la Fiesta de la Asunción de la Virgen María. Los actos se realizaron en horas de la tarde en la parroquia de San José Obrero, en el barrio La Tablada, zona sur de la ciudad capital.

Luego de la misa se llevó a cabo la procesión por las calles portando la imagen de la Virgen patrona. La jornada finalizó con danzas típicas de Bolivia y la actuación de mariachis.

Historia de la advocación
La Virgen de Urqupiña o Urkupiña es una advocación de la Virgen María Asunta, que se venera el 15 de agosto en la ciudad de Quillacollo, capital provincial que se encuentra a 13,85 km de la ciudad de Cochabamba en Bolivia.

La historia indica que en la época colonial Siglo XVII, la Virgen María se apareció a una niña pastora que estaba cuidando su rebaño de ovejas en el cerro próximo a la población de Quillacollo denominado Rancherío de Cota, y sostenía con ella largas conversaciones en el idioma propio y nativo del lugar, el quechua.

Este hecho era lo más natural para la niña, y algunas veces, el niño que se encontraba en el regazo de la señora, jugaba con la niña a orillas de una vertiente de agua que se encontraba en ese lugar.

La niña comentó lo acontecido a sus padres, quienes le pidieron que cuando nuevamente se presente esa Señora vaya a dar aviso a ellos. Al reiterarse la visita de la Virgen, la niña fue en busca de sus padres y estos al doctrinero (las parroquias eran denominadas doctrinas y por extensión al sacerdote doctrinero) y vecinos del rancherío, que anoticiados del acontecimiento decidieron cerciorarse de su veracidad, acudiendo al lugar donde la niña los guiaba.

La Virgen al ver que la pastorcita no aparecía se levantó del lugar donde estaba y subió cuesta arriba el cerro, mientras la niña gritaba indicando con el dedo, en quechua "Jaqayman urqupiña, urqupiña", que en quechua significa "ya está en el cerro", (urqu=cerro, piña=ya está), de ahí el nombre castellanizado de Urkupiña. La Señora, al llegar a la cima, desapareció.+

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