Al recibir en audiencia, el jueves 18 de abril en el Vaticano, a los superiores y delegados de las Carmelitas Descalzas, el Papa Francisco las invitó a mirar hacia el futuro.
Se trata de una carmelita descalza que vivió y murió con una sonrisa en los labios. Internada con un cáncer avanzado, permanecía alegre y, al morir, su rostro quedó fijado en un gesto de profunda paz.
La hermana María del Carmen del Niño Jesús realizó la profesión religiosa en el monasterio de Carmelitas Descalzas Regina Martyrum y San José.
Fue en el marco de una asamblea celebrativa en una casa de retiros de Alta Gracia, donde renovaron la alegría de su vida contemplativa. El arzobispo Ángel Rossi presidió la misa de acción de gracias.