Mons. Martínez Perea celebró al Cristo de Renca: "Una vuelta a la alegría"

  • 3 de mayo, 2019
  • Renca (San Luis)
La diócesis de San Luis celebró la festividad del Divino Cristo de Renca, que inició con la novena el 27 de abril, y concluyó en la mañana del viernes 3 de mayo, con una misa presidida por el obispo diocesano, monseñor Pedro Martínez Perea, quien expresó: "Que San Luis pueda vivir el fruto de la Pascua: la paz".
La diócesis de San Luis celebró la festividad del Divino Cristo de Renca, que inició con la novena el 27 de abril, y concluyó en la mañana del viernes 3 de mayo, con una misa presidida por el obispo diocesano, monseñor Pedro Martínez Perea, acompañado por los sacerdotes Federico Kunz, Ignacio Lucero y Miguel Comandi. En la novena, se rezó por la intención de la Patria y las autoridades, por las familias, por el trabajo, por los enfermos y ancianos, por los niños y jóvenes y por el derecho a la vida desde la concepción, dedicado a la Santísima Virgen María. En la misa central, participaron autoridades civiles, junto a una gran multitud de fieles. Durante su homilía, el obispo diocesano se dirigió a los fieles que vienen por primera vez y a quienes vienen de modo habitual al Divino Cristo de Renca, devoción que se sucede desde el año 1730. Destacó que una réplica del Cristo fue llevada por la intendenta municipal al papa Francisco: "Renca está ahora a los pies de los apóstoles, en el Vaticano". [img]http://www.aica.org/subidas/5740.jpg[/img] "Hoy es el perdón de los pecados y la puerta a la vida eterna. Jesús muere en la cruz y nos redime de todos nuestros pecados. Estamos en Pascua y celebramos la resurrección. Es un tiempo de alegría, de aleluya. Los discípulos de Emaús venían tristes por ver a su maestro muerto en cruz, lo habían visto hacer milagros y luego muere. Pero cuando resucita, se transmite a los demás y era tanta la alegría, que hablaban al mismo tiempo: la resurrección es causa de la alegría". De este modo, subrayó la alegría como el aspecto fundamental de la Pascua: "Cada uno de nosotros sabe en su corazón cuando ha sido perdonado. A veces hay palabras y gestos que hieren a las personas, y somos perezosos en pedir perdón. Pero si esa persona se acerca con una palmada y nos dice: ?No te preocupes, yo ya te perdoné?. Eso hizo con nosotros en Jesús, nos ha perdonado. Y eso significa la resurrección: que triunfa el bien". Luego pidió a los peregrinos presentes que, al volver a sus casas, piensen "en todas las cosas buenas que Dios ha hecho con nosotros. En pascua está prohibido pensar solo en los errores y los pecados. Hay que pensar en todas las cosas que hemos recibido. Que sea una vuelta a la alegría, consecuencia de reconocer las faltas a Dios". Antes de concluir, señaló: "Que San Luis pueda vivir el fruto de la Pascua: la paz. Todos tenemos diferencias, pero sepamos reconocer los caminos que Dios nos pone y, en familia, vivamos en paz. Que renca nos de la fuerza de vivir en paz". Y envió una bendición para los peregrinos que no pudieron estar presentes: "Que Jesucristo resucitado le dé sentido a las lagrimas y a los sufrimientos. No nos dejemos abatir por el peso de la cruz. Cada uno tiene su cruz, problemas familiares, morales o algo personal. Pero hoy en el Cristo de Renca, digámosle: ?Señor te doy mi pecado para que lo purifiques?".+