Mons. Fassi ordenó a un nuevo diácono en San Martín
- 6 de marzo, 2024
- San Martín (Buenos Aires) (AICA)
El obispo le recomendó al ordenando la compasión como base de su ministerio y lo animó a estar siempre disponible a la voluntad de Dios: "Jesús es un diácono en obediencia".
El obispo de San Martín, monseñor Martín Fassi, presidió el sábado 2 de marzo la Eucaristía en la catedral local, durante la cual le confirió el diaconado al seminarista Lucas Antognazza.
Oriundo de la parroquia Asunción y San Andrés, donde participó desde chico en los grupos de Acción Católica, Lucas ingresó al seminario a los 18 años y, durante sus años de estudio, ha acompañado a distintas parroquias de la diócesis.
“Qué linda oportunidad de poder celebrar este ministerio, que es de toda la Iglesia, una Iglesia que es diaconal, servidora”, sostuvo el prelado en su homilía, donde explicó que el fundamento de este ministerio y del ministerio de Jesús es la unción que recibe del Espíritu: “Es la fuente de sus fuerzas, de su aliento, por Él es consagrado para una misión de servicio”.
En ese sentido, indicó que “Jesús siempre deja que sea el Espíritu quien lo guíe y le vaya indicando los caminos. Nosotros también queremos escuchar y ser una Iglesia con oídos abiertos, que no se cierren al clamor del pueblo sufriente”.
Por eso, recordó que en la diócesis de San Martín “vamos a dedicar este año a la escucha más atenta y despierta de la Palabra de Dios, que nos habla en muchos lugares: desde la Escritura hasta las comunidades, hasta la gente en la calle”.
“Queremos encontrar en la Palabra de Dios la fuente de nuestro discernimiento, la motivación que nos entusiasme a servir ejercitando la pastoral de la escucha, individual y comunitariamente. Que nuestras acciones broten desde una reflexión profunda, desde un discernimiento, desde lo hondo del corazón, donde el Espíritu habita y opera”, animó.
Monseñor Fassi resaltó que el ministerio de Jesús es esencialmente compasivo: “La compasión es la base de su ministerio, y de todo ministerio y servicio en la Iglesia”. “La compasión es el remedio a toda indiferencia, individualismo y rechazo, enfermedades de nuestra cultura de hoy”, consideró.
Refiriéndose al celibato, explicó que “no es simplemente renuncia a una mujer e hijos, a una familia; es un don y a la vez una tarea de ensanchar cada día el corazón compasivo, y cuyo mejor síntoma es el buen trato y el cuidado de los que necesitan de tu servicio. Un corazón célibe es un corazón alegre y por lo demás inclusivo, como el de Jesús”.
Sobre la promesa de obediencia, “que parece una amenaza a la libertad”, el obispo de San Martín expuso: “Es la herramienta evangélica que nos pone en referencia a los demás, desafiando la autorreferencialidad como medida de todo y como defensa sin miramientos de nuestra privacidad”.
“La obediencia, cuando es evangélica, nos abre a miradas y pensamientos distintos a los propios y nos hace disponibles a la voluntad de Dios. Jesús es un diácono en obediencia, Jesús nos salvó por la obediencia”, resaltó.
A su vez, invitó a “ser profetas en nuestro modo de servir, desde otra mirada, que le dé calidad evangélica al servicio, desde un ministerio cercano, efectivo y compasivo”. “Que la Virgen de Lourdes y San José obrero te enseñen, Lucas, y nos enseñen a todos nosotros, a ser oyentes y servidores de la Palabra, para que la alegría de todos sea completa”, concluyó.
El diaconado, en el caso de los seminaristas que se preparan para ser sacerdotes, es el paso previo al orden sagrado. Los diáconos pueden celebrar bautismos, presidir matrimonios, leer en público el Evangelio y predicar en la misa, entre muchos otros servicios pastorales. +