Obispos de Córdoba: 'La importancia de vivir como discípulos y misioneros'
- 29 de abril, 2024
- Deán Funes (Córdoba) (AICA)
El prelado de Deán Funes, Mons. Eguía Seguí, presidió la misa de clausura de la misión que los obispos cordobeses realizaron en esa jurisdicción eclesiástica.
El obispo de Deán Funes, monseñor Enrique Eguía Seguí, presidió el 28 de abril la misa de clausura de la misión que los obispos de las diócesis con jurisdicción en el territorio cordobés llevaron a cabo desde el viernes 26, en esa ciudad de la provincia y sus alrededores.
Participaron el arzobispo de Córdoba, monseñor Ángel Rossi SJ, monseñor Sergio Buenanueva (San Francisco); monseñor Samuel Jofré (Villa María); monseñor Adolfo Uriona FDP (Villa de la Concepción del Río Cuarto); monseñor Ricardo Araya (Cruz del Eje); los tres obispos auxiliares de la arquidiócesis de Córdoba: monseñor Ricardo Seirutti, monseñor Alejandro Musolino SDB y monseñor Horacio Álvarez; y el arzobispo emérito de Córdoba, monseñor Carlos Ñañez.
Por la mañana, los prelados misioneros se reunieron en el ingreso de la ciudad, para recibir una imagen peregrina de María Reina de las Misiones y, desde allí, partieron en procesión hasta la catedral local, para celebrar la misa de clausura.
En su homilía, el obispo anfitrión destacó la receptividad que marca la vida del cristiano, que recibe de Dios la vida, la gracia, la fuerza del don del Espírtu Santo. “Dios nos ama siempre: depende de nosotros que ese amor quede en nuestro corazón con disponibilidad receptiva”, planteó.
“Todo aquello que recibimos de Dios no puede quedar guardado en nuestro corazón, debe ser compartido con los demás. Esta disponibilidad receptiva se hace expresión fecunda al vivir el mandamiento del amor”, explicó monseñor Eguía Seguí.
A su vez, señaló que los cristianos deben permanecer en Cristo y, a la vez, salir al encuentro de los hermanos. “Cuando permanecemos en Cristo, somos pura receptividad, aprendiendo de Jesús todo lo que nos regala y nos enseña. Aquello que tomamos de Jesús lo hacemos carne para ser testigos ante los demás”.
La Iglesia le pone nombre a este doble movimiento: discípulos y misioneros. En la misión, explicó, pudieron combinar estos dos mandatos: ser discípulos de Jesús y al mismo tiempo misioneros en el encuentro con los hermanos. “Así lo hicimos. Así debemos vivir siempre, como Iglesia y prelatura de Deán Funes”, concluyó.
Durante los días de misión, monseñor Seirutti acompañó a la comunidad de Santa Rita, con la que visitó el Centro Integrado Comunitario, el Colegio Primario Mariano Moreno y a diversos enfermos del barrio, que esperaban su visita con ansias.
El grupo que acompañó a monseñor Buenanueva también visitó hogares donde había enfermos, además de recorrer el Colegio Primario Pedro N. Arias, la Departamental de Policía y algunas dependencias municipales
Por su parte, el cardenal Rossi impartió una charla sobre el Jubileo y la misión de los cristianos, que se llevó a cabo los días viernes y sábado, después de la misa de cada día.
Monseñor Uriona visitó, además de los hogares, el instituto secundario PROA, orientando especialmente en informática y nuevas tecnologías. Mientras que el obispo anfitrión, monseñor Eguía Seguí, celebró una misa en la terminal de ómnibus con el grupo misionero de Medalla Milagrosa.+