Jueves 31 de octubre de 2024

Vaticano: El proyecto de ley contra la 'homofobia' atenta a la libertad de la Iglesia

  • 23 de junio, 2021
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El Vaticano presentó una 'nota verbal' en la embajada de Italia en la que advierte que el polémico proyecto atenta contra el Concordato que regula las relaciones entre la Iglesia y el Estado italiano.
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El arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, entregó una ‘nota verbal’ de protesta al embajador italiano ante la Santa Sede, Pietro Sebastiani, en la que advierte que el polémico proyecto de ley contra la homofobia y la transfobia que tramita el Parlamento de Roma atenta contra el Concordato, el acuerdo que regula las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado italiano.

Algunos contenidos actuales de la propuesta legislativa del proyecto de ley contra la homotransfobia, que está siendo examinado por el Senado, "reducen la libertad garantizada a la Iglesia católica" en cuanto a organización, ejercicio público del culto, ejercicio del magisterio y ministerio episcopal, o aquellas libertades sancionadas por los párrafos 1 y 3 del artículo 2 del acuerdo de revisión del Concordato de 1984, son los argumentos de fondo de la nota verbal de la Secretaría de Estado entregada el pasado 17 de junio.

El documento señala cómo el proyecto de ley Zan corre el riesgo de interferir, entre otras cosas, con el derecho de los católicos y sus asociaciones y organizaciones a la "plena libertad de reunión y manifestación del pensamiento con el habla, la escritura y cualquier otro medio de difusión", según lo dispuesto en el párrafo 3. 

Con la nota verbal que ya habría llegado al ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, y al jefe del Ejecutivo, Mario Draghi, se espera una modulación diferente del proyecto de la llamada ‘ley Zan’, por el apellido del diputado del Partido Democrático (PD, centro-izquierda) Alessandro Zan, principal impulsor de esta futura normativa que persigue la discriminación y violencia debido a la orientación sexual, la identidad de género y la minusvalía.  

El documento presentado por monseñor Gallagher en la embajada de Italia ante la Santa Sede concluye con este llamamiento: “Pedimos que se tengan en cuenta nuestras preocupaciones”. 

El proyecto de ley contra la homofobia y la transfobia fue aprobado por la Cámara de los Diputados el pasado 4 de noviembre, pero todavía tiene que superar el examen del Senado

Trastoca la ley de Dios además de la natural
El obispo de Sanremo-Ventimiglia, monseñor Antonio Suetta, dedicó duras palabras a la ‘ley Zan’: “Trastoca la ley de Dios además de la natural”, advirtió el prelado.

“Todos estamos de acuerdo en la parte que habla de perseguir y prevenir la discriminación, pero ya hay una ley que dice esto”, comentó el obispo.

Por su parte el cardenal Gualtiero Bassetti, arzobispo de Perugia-Città della Pieve, consideró por su parte que el proyecto de ley contra la homofobia resulta “intolerante”.

Los puntos críticos a considerar
Los medios de comunicación vaticano publican hoy comentarios constitucionalistas sobre la nota verbal con la que la Secretaría de Estado solicitó una modulación diferente del proyecto de ley sobre homotransfobia: no se cuestiona la legitimidad de proteger a determinadas categorías de personas, pero se señala el riesgo de lesionar las libertades consagradas en el Concordato.

Según el constitucionalista Cesare Mirabelli el acuerdo de revisión del Concordato garantiza a la Iglesia los derechos que la Constitución ya afirma y, en este sentido, es un fortalecimiento de los derechos constitucionales. En particular, la libertad de educar, la libertad de ejercer el magisterio y para los católicos, pero evidentemente para todos, la libertad de manifestación del pensamiento, de palabra, de escritura y de expresar el propio pensamiento por cualquier otro medio, y luego la de las escuelas. 

Estos son aspectos que el Zan Bill pone en riesgo para algunos aspectos. Por tanto, no se trata de cuestionar u oponerse a la protección particular que se pretende garantizar a determinadas categorías de personas. Se trata de una elección política que evidentemente el Estado puede hacer libremente, no se trata de impedir que la autonomía del Estado legisle, sino de advertir, de señalar que algunos aspectos de la ley perjudicarían, para contrastar con un compromiso que el Estado tomó.

En particular, las garantías de la libre expresión de convicciones que pueden vincularse a valoraciones antropológicas sobre algunos aspectos. 

Es particularmente arriesgado si la disposición de las leyes penales pudiera limitar la libertad de expresión y expresión de pensamiento. En este sentido, la nota verbal de la Santa Sede es una comunicación que se hace, una señal de atención por el riesgo de lesionar algunos aspectos de la libertad que asegura el acuerdo de revisión del Concordato. 

Por lo tanto, no se piden privilegios. No significa libertad como privilegio, sino libertad garantizada a los católicos para unirse, manifestar sus pensamientos con palabras, escritos y cualquier otro medio de difusión, que son precisamente expresiones constitucionales. No es una libertad que quiera reservarse solo para los católicos, aunque se exprese para ellos y el pacto se refiera a ellos.

Mirabelli insiste en señalar que “la nota de la Santa Sede no pretende ser una limitación a la garantía para las personas débiles, la dignidad de la persona es la dignidad de todos, sea cual sea su condición. La nota marca un punto crítico relativo a la libertad de la escuela y la libertad educativa de los padres”. 

“De promulgarse, este tipo de garantía, que la ley pretende introducir, se convierte en una presencia que no está alineada con el enfoque educativo de los padres o la orientación, por ejemplo, de instituciones que pueden ser católicas, pero también de otra orientación cultural, que tener una identidad diferente”.+