Sábado 27 de abril de 2024

Celam: las Comisiones de liturgia celebran los 60 años de la Sacrosanctum Concilium

  • 6 de diciembre, 2023
  • Bogotá (Celam) (AICA)
En Bogotá, se realizó un encuentro de las comisiones episcopales de liturgia de América Latina y el Caribe para celebrar el 60º aniversario de esa constitución conciliar.
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El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) convocó a un encuentro presencial en la sede de Bogotá, del 4 al 7 de diciembre, de las 22 comisiones de liturgia y de los representantes del Dicasterio para el Culto Divino y disciplina de los Sacramentos, para conmemorar los 60 años de la consitutición conciliar Sacrosanctum Concilium 

Bajo el tema “Memoria, actualidad y desafíos de la renovación litúrgica en América Latina y el Caribe a 60 años de Sacrosanctum Concilium”, el encuentro -cuyo objetivo es analizar los desafíos actuales de la liturgia bajo tres dimensiones: inculturación, formación y pastoral- se inició con los saludos protocolares a cargo de las autoridades del Celam: monseñor Jaime Spengler, presidente, mediante videomensaje, y monseñor Lizardo Estrada, secretario general.

La conferencia inaugural “Memoria, actualidad y desafíos de la renovación litúrgica a 60 años de la Sacrosanctum concilium” fue encomendada a monseñor Aurelio García, subsecretario del Dicasterio del Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos.

El prelado español aseguró que, si hay algo clave en la Sacrosanctum concilium es “su preocupación pastoral”, que evidencia cómo la Iglesia “va saliendo al frente de algunas de las dificultades, orientando a lo largo del postconcilio”, y señaló que no hay una definición sobre Liturgia: “Hasta ahora, no tenemos ningún documento eclesial que defina la Liturgia, la describen, pero no la definen”.

Echando mano de la propia constitución, en su artículo segundo, refiere una “afirmación clara”, que reza así: “La Liturgia, por cuyo medio «se ejerce la obra de nuestra Redención», sobre todo en el divino sacrificio de la Eucaristía”, que pudiera equivaler a una definición. Sin embargo, monseñor García explicó que es una oración que proviene del Misal de Pío V.

En definitiva, explicó, “en la Liturgia se perpetúa, se prolonga y se actualiza la obra de la redención, que es la obra de Cristo, a la que se accede sacramentalmente”; por ende, la Sacrosanctum concilium tiene un lenguaje bíblico, litúrgico, patrístico, novedoso.

Dimensión cristológica
Monseñor García planteó la importancia de la dimensión cristológica y eclesiológica contenida en la constitución, que “la recorre transversalmente”, así que la “Sanctorum concilium parte de Cristo y Cristo lleva a la Iglesia”.

De hecho, el Papa Francisco, de cara a la preparación del Jubileo de 2025, ha pedido que se estudien las cuatro constituciones del Concilio Vaticano II y, entre los documentos que ha preparado el Dicasterio del culto divino y disciplina de los sacramentos, “se plantea que hay una insuficiente noción de qué es la liturgia”.

En ese sentido, será importante ahondar en la teología de la liturgia para “captar su significado”, y de allí que monseñor García ha invitado a releer el número 7 de la constitución -“es magistral”-, que aborda la relación entre la liturgia y la historia de la salvación.

El mencionado capítulo señala: “Para realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica”, por eso, el prelado se preguntó: “¿Cuál sería tu actitud ante Cristo?”.

Si bien la Liturgia forma parte de todo un conjunto, no debería quedar en un segundo plano, ya que “es prioritaria” y, por tanto, debería incluirse en “nuestro programas eclesiales y pastorales”.

Un aspecto que “llama la atención” de la Sacrosanctum concilium es que no se menciona al Espíritu Santo: “Es una de las carencias de la constitución, la Pneumatología; en especial en este número 7, pero ha sido complementada en toda la teología postconciliar”.

Todo el pueblo de Dios
El prelado español también hizo un paralelismo entre los cambios sustanciales del Concilio de Trento (1545) y los promovidos por el Concilio Vaticano II (1962). Por ejemplo, en Trento se planteaba que el único que celebraba era el sacerdote, incluso hasta el misal de Juan XXIII en 1962 se establecía así.

“Eso respondía a una eclesiología jerárquica, que funcionó en ese contexto. El sacerdote representaba al pueblo en la oración. Era el deputado (delegado) para rezar en nombre del pueblo”, comentó.

Sin embargo, pasados más de 400 años de Trento, esa realidad cambió, “el mundo cambió”, y el Vaticano II destacó la participación del “populus”, haciendo un documento sobre la naturaleza de la Iglesia, y entonces cambia de visión: “¿Quién celebra? Todo el pueblo de Dios”.

Pío XII ya había adelantado en sus rúbricas a la vigilia pascual: “Con el pueblo congregado, el sacerdote preparado se dirige al altar”. Se trata de una cuestión eclesiológica que implicó lo siguiente: “Si todo el pueblo celebra, tendrá que participar, incluida su lengua vernácula, para poder entender. De ahí vienen la serie de reformas planteadas en el Vaticano II”.

“Si en los años preconciliares eran los ministros ordenados quienes rezaban, en los años postconciliares es el pueblo de Dios el que ora, porque cuando están dos o más reunidos en el nombre de Cristo, Él está verdaderamente presente”, sostuvo.

Aportes del magisterio de Francisco
Para el prelado español, el pontificado de Francisco es el más prolífico en materia de liturgia, a diferencia de lo que sus críticos puedan decir. “Algunos comentaristas actuales reiteran que Francisco no es un papa litúrgico. No estoy de acuerdo con esta afirmación”.

Asegura que este pontificado pasará “a la historia como uno de los pontificados con mayor incidencia en el mundo de la Liturgia”. Al menos -dijo monseñor García- “estoy convencido, al menos en el rito romano, por algunas decisiones tomadas", y nombró cuatro intervenciones del Papa que suponen un verdadero reto, no solo para el presente sino para el futuro de la liturgia.

Así, indicó que la Liturgia en el actual magisterio petrino se fundamenta en cuatro documentos: el motu proprio Magnum principium (2017), Traditionis custodes (2021), y las cartas apostólicas Spiritu dominis (2021) y Desiderio desideravi (2022).

Documentos que todos deben revisar y estudiar en profundidad, toda vez que no se duda de que estos temas de ministerialidad de la Iglesia pudieran ser un tema de un próximo Sínodo. Y monseñor García ha insistido en que “la cuestión litúrgica no es secundaria”, para recordar finalmente: “Más que transformar la liturgia, dejarnos transformar por ella”.+