Sábado 27 de abril de 2024

Colegios de Mar del Plata celebraron en Batán la misa de inicio del ciclo lectivo

  • 18 de marzo, 2024
  • Batán (Buenos Aires) (AICA)
Representantes de colegios católicos de la diócesis se congregaron en esta localidad bonaerense para participar de la Eucaristía, que fue presidida por monseñor Ernesto Giobando.
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En el marco del 60° aniversario de la fundación de la Escuela Nuestra Señora de Luján, de la ciudad de Batán, en la provincia de Buenos Aires, la parroquia local recibió a representantes de colegios católicos de la diócesis de Mar del Plata, que se congregaron para la misa de inicio del ciclo lectivo.

La Eucaristía fue presidida por el administrador apostólico, monseñor Ernesto Giobando sj, y concelebrada por el delegado episcopal de Educación, presbítero Juan Cruz Mennilli; y el párroco de Nuestra Señora de Luján, presbítero Sebastián Vercellone, entre otros sacerdotes que se desempeñan en escuelas de la diócesis.

En ese clima de fiesta se entregaron reconocimientos a miembros de equipos de conducción que durante el ciclo lectivo pasado se jubilaron.

Monseñor Giobando comenzó pidiendo al Señor las gracias que más esté necesitando cada una de las comunidades educativas y agradeció la presencia de los docentes, alumnos y autoridades que se hicieron presentes en la celebración.

Entre los concurrentes, se encontraban la inspectora jefe de la Región 19 de la Dirección de Educación de Gestión Privada (Diegep), licenciada Ana Carolina Di Alessio, miembros del cuerpo de inspectores y representantes del Sindicato Argentino de Docentes Particulares (SADOP) y del Sindicato de Obreros y Empleados de la Educación y la Minoridad (SOEME), además de los integrantes de la Junta Regional de Educación Católica, encabezados por su presidente, Javier Sánchez.

Seguidamente, el administrador apostólico aseveró: “Educar en el mundo de hoy es un desafío porque nos toca atravesar situaciones difíciles. Acabamos de leer un informe de la UCA que dice que un 30 % de los alumnos de escuelas privadas están debajo del nivel de pobreza. Eso también es un desafío; y qué decir de otras realidades en las que hay abandono de escolarización y con eso aumenta mucho más la pobreza. Pero sabemos que la educación es el camino para sacar adelante nuestro país, por eso damos gracias por la tarea de todos ustedes.”

Comentando las lecturas del día, monseñor Giobando pidió que “la Palabra de Dios sea luz y consuelo ante esos desafíos y ante la realidad de nuestra Iglesia diocesana” y explicó que “la primera lectura nos narra un momento difícil del pueblo de Israel. Cuando ese pueblo tenía que estar agradecido porque Dios los ama con un amor de preferencia, cuando se revela a Moisés, sin embargo se va para otro lado”.

“Nos dice Francisco que el pueblo de Israel se llevó los miedos del faraón al desierto y tenían nostalgia de Egipto y querían volver. ¡Cuando estaban caminando hacia la libertad querían volver a Egipto! ¡Añoraban las cebollas, pero eran esclavos!”, añadió citando un fragmento del mensaje de Cuaresma del Papa para este año.

En esa línea, el prelado profundizó: “Yo quisiera detenerme en esto: todos tenemos como un ídolo adentro. Puede ser el ‘yo’, mi posición, mi lugar, mi carrera, mis triunfos, y eso es una seducción y hay que estar atentos”.

“En un colegio donde hay competencia se acabó la comunidad educativa porque empiezo a privilegiar la competencia por sobre la comunidad; primero mi proyecto en contra de aquellos que son los adversarios, y si ganan no podré obtener lo que anhelo”, advirtió.

Para salir de esas situaciones, el administrador apostólico recordó las palabras de Jesús: “Bienaventurados los pobres de espíritu porque ellos verán a Dios” y consideró: “la comunidad educativa tiene que ser una comunidad de pobres en el espíritu porque cuando logramos esa pobreza espiritual nos hacemos hermanos” a la vez que explicó que “la pobreza espiritual no es no tener cosas sino principalmente tener a Dios, ya que cuando uno tiene a Dios lo tiene todo.”

“Si queremos una escuela católica debemos educar en la fe a nuestros alumnos, y si queremos integrar a las familias tendremos que dejar los ídolos y abrazar la pobreza de espíritu, que es la primera bienaventuranza y es la condición con la que el Señor quiere que vayamos por este camino”, sostuvo.

Al concluir, exhortó: “Dejémonos educar por Jesús, por la Virgen, por San José, ya que la escuela es también una familia, una gran familia”.

Al término de la misa, se hizo un homenaje al personal docente y a quienes el presidente de la Junta Regional de Educación Católica (JUREC), Javier Sánchez, les entregó un reconocimiento. Ellos fueron: María Virginia Suárez (San Antonio María Gianelli de Mar del Plata), Roxana Myrian Latasa (Don Bosco de General Pirán), Mónica Adriana Francucci (Emilio Lamarca de Balcarce), Alicia Cipollone (Jesús Obrero de Mar del Plata) y Patricia Quiroga y Marcela Saraceno (ambas de Huincó – Monseñor Enrique Rau de Mar del Plata).+