Sábado 27 de abril de 2024

Comunidades matanceras peregrinaron por tierra, techo y trabajo

  • 18 de marzo, 2024
  • San Justo (Buenos Aires) (AICA)
Fue en el marco de la Caravana San José 2024. Con renovada esperanza, caminaron por la ruta 3 desde Virrey del Pino hasta Villegas, donde el obispo de San Justo, Mons. García, presidió la misa.
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Las comunidades de las barriadas populares del partido bonaerense de La Matanza participaron, el sábado 16 de marzo, de una nueva edición de la Caravana San José, para pedir tierra, techo y trabajo.

“En tiempos difíciles, redoblamos la esperanza con esta tradición matancera”, se manifestaba en la convocatoria, cuya petición común está inspirada en las 3T del Papa Francisco.

“Es el momento de dar muestras de nuestra fe popular, de caminar hacia nuestros sueños, celebrando con alegría, y de renovar la esperanza”, se animaba.

Las familias, junto con curas villeros y el obispo de San Justo, monseñor Eduardo García, salieron por la ruta 3 desde el kilómetro 40,7, en Virrey del Pino, hasta el Polideportivo San José (avenida Crovara y Estación Villegas), donde se celebró la Eucaristía, en la que hubo Bautismos y personas adultas recibieron los sacramentos de la Comunión y la Confirmación.

El por qué de la acción de gracias
En la homilía, monseñor García consideró que san José es el modelo a seguir cuando se dice que hay que “abrazar la vida como viene” y a la hora de transformar “un pesebre lleno de bosta en un hogar”.

“Ese es el milagro de José. No es estridente, no es con luces de bengala, no es tampoco con cosas raras. Es el milagro de ir transformando la vida y poniéndola, despacito, como Dios siempre la pensó. Despacito, pero sin aflojar; despacito, pero constantemente”, sostuvo.

El prelado destacó que el paso de san José por estas barriadas hizo que “estos lugares, donde también abundaba la bosta de todo tipo, se transformaran en lugares de vida, en hogares. Hogares para los chicos, para los viejos; para los que están buscando, peleando y luchando por tener otra vida, salir de la droga, salir del afano, salir de tantas cosas y tener otra vida”.

“Transformando estas barriadas, para hacer hogares en los que se comparte, se celebra, se vive, se cree y se espera. Y damos gracias por eso, por este paso de José tan lindo por nuestros varios”, animó, y afirmó que “no es un gracias para la selfie, sino un compromiso; porque todavía falta mucho”.

“Todavía falta mucho por hacer, mucho por construir, mucho por cambiar. Tenemos esperanza. Ya nuestros chicos tienen salita, tienen escuela. Nuestros chicos no están solamente en la calle, aprendiendo de la calle, sino aprendiendo de donde tienen que aprender: de una familia, de una familia grande que los recibe y les enseña, los cuida, les da de comer y los proyecta”, añadió.

Monseñor García consideró que queda mucho por hacer, porque “en nuestros barrios abundan los fierros, las armas, en lugar de los lápices y los cuadernos. Falta mucho, porque, en muchos de nuestros barrios, los pibes consumen más droga que golosinas y caramelos; porque todavía hay muchos que usan y destruyen la vida de otros, de los adolescentes”.

“Todavía hay mucho por hacer, todavía hay mucha bosta que cambiar y que sacar, y transformar”, sostuvo, y señaló que el “gracias” de esta misa es para no rendirse y que haya “más lápices, más cuadernos, más libros. El gracias nuestro es que haya más madrazas y más familias; es seguir construyendo lugares para que nuestros abuelos sean queridos, cuidados, protegidos. El gracias nuestro es que haya más caramelos, más globos, que haya más golosinas, que haya más sonrisas que droga”, concluyó.+