El Papa: San Alfonso, maestro de misericordia para los que están lejos
- 23 de marzo, 2021
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Mensaje del Santo Padre con motivo de los 150 años de la proclamación de San Alfonso María de Ligorio como Doctor de la Iglesia.
“Los invito, como hizo San Alfonso, a salir al encuentro de los hermanos y hermanas frágiles de nuestra sociedad”, escribe el Santo Padre Francisco en el Mensaje enviado al superior de la Congregación del Santísimo Redentor y moderador general de la Academia Alfonsiana, padre Michael Brehl C.Ss.R., con motivo del 150 aniversario de la proclamación de san Alfonso María de Ligorio como doctor de la Iglesia, publicado hoy por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El pontífice indica que “esto implica el desarrollo de una reflexión teológico-moral y de una acción pastoral, capaz de comprometerse con el bien común, que tiene su raíz en el anuncio del kerigma, que tiene una palabra decisiva en defensa de la vida, para la creación y la fraternidad”.
San Alfonso “maestro y patrono de confesores y moralistas, ofreció respuestas constructivas a los desafíos de la sociedad de su tiempo, a través de la evangelización popular, indicando un estilo de teología moral capaz de conjugar las exigencias del Evangelio y las fragilidades humanas”, dijo el Papa.
En su mensaje, el Santo Padre destacó que San Alfonso María de Ligorio es “modelo para toda la Iglesia en salida misionera, que indica todavía con vigor el camino principal para acercar las conciencias al rostro acogedor del Padre, porque la salvación que Dios nos ofrece es obra de su misericordia”.
Por ello, el Papa invitó a los teólogos morales, a los misioneros y a los confesores a seguir el ejemplo de San Alfonso para “entrar en una relación viva con los miembros del pueblo de Dios y a mirar la existencia desde su perspectiva, para comprender las dificultades reales que encuentran y ayudar a curar sus heridas”.
El pontífice subrayó que “el radicalismo evangélico no va contrapuesto a la debilidad del hombre” por lo que “siempre es necesario encontrar el camino que no aleje, sino que acerque los corazones a Dios, como hizo Alfonso con su enseñanza espiritual y moral”.
Entre los desafíos que enfrenta la sociedad actual, el Santo Padre destacó “la pandemia y el trabajo en el mundo post-Covid, el cuidado que se debe garantizar a todos, la defensa de la vida, las aportaciones que surgen de la inteligencia artificial, la protección de la creación, la amenaza antidemocrática y la urgencia de la fraternidad”.
“Como San Alfonso, estamos llamados a salir al encuentro de la gente como comunidad apostólica que sigue al Redentor entre los abandonados. Este salir al encuentro de los que no tienen auxilio espiritual ayuda a superar la ética individualista y a promover una madurez moral capaz de elegir el verdadero bien”, afirmó.
En este sentido, el Santo Padre señaló que “la formación de las conciencias para el bien se presenta como una meta indispensable para todo cristiano” y añadió que “formando conciencias responsables y misericordiosas tendremos una Iglesia adulta capaz de responder constructivamente a las fragilidades sociales, con vistas al reino de los cielos”.
“Siguiendo el ejemplo del Santo Doctor, los invito a abordar seriamente en el plano de la teología moral el grito de Dios preguntándonos a todos: ‘¿Dónde está tu hermano?’ ¿Dónde está tu hermano esclavo? ¿Dónde está ese que estás matando cada día en el taller clandestino, en la red de prostitución, en los niños que utilizas para mendicidad, en aquel que tiene que trabajar a escondidas porque no ha sido formalizado?”, advirtió.
De este modo, el Santo Padre citó varias veces su primer documento magisterial, la exhortación apostólica Evangelii Gaudium para destacar que la teología propuesta por San Alfonso “nace de la escucha y la acogida de la fragilidad de los hombres y mujeres más abandonados espiritualmente”.
“La experiencia misionera en las periferias existenciales de su tiempo, la búsqueda de los alejados y la escucha de las confesiones, la fundación y guía de la naciente Congregación del Santísimo Redentor, así como las responsabilidades como obispo de una Iglesia particular, le llevan a convertirse en padre y maestro de misericordia”, afirmó el Papa.
El Santo Padre agregó que San Alfonso no se detuvo “en la formulación teórica de los principios, sino que se dejó interpelar por la vida misma” por lo que fue “abogado de los últimos, los frágiles y los descartados por la sociedad de su tiempo” y este camino lo condujo “a la opción decisiva de ponerse al servicio de las conciencias que buscan, incluso entre mil dificultades, el bien, porque son fieles a la llamada de Dios a la santidad”.
De este modo, el Papa indicó que “la teología moral no puede reflexionar solo sobre la formulación de principios, de normas” porque “el conocimiento de los principios teóricos por sí solo, como nos recuerda el mismo San Alfonso, no es suficiente para acompañar y sostener las conciencias en el discernimiento del bien a realizar”.
“Es necesario que el conocimiento se haga práctico a través de la escucha y la acogida de los últimos, los frágiles y los que la sociedad considera como un descarte”, pidió el Papa.
Por último, en este especial aniversario, el Santo Padre animó a la Congregación del Santísimo Redentor y a la Pontificia Academia Alfonsiana, como su expresión y centro de alta formación teológica y apostólica, “a entablar un diálogo constructivo con todas las instancias procedentes de todas las culturas, para buscar respuestas apostólicas, morales y espirituales a favor de la fragilidad humana”.
“Que San Alfonso María de Ligorio y la Virgen del Perpetuo Socorro sean siempre sus compañeros de viaje”, concluyó el Papa.+