Domingo 28 de abril de 2024

Entregan al Papa la carta de un joven carmelita, fallecido el 15 de julio a los 21 años

  • 2 de agosto, 2023
  • Lisboa (Portugal) (AICA)
"No podré estar en la JMJ, pero la seguiré desde el Cielo". El religioso falleció el mes pasado en el convento carmelita de San Andrés de Salamanca, a causa de un sarcoma de Ewing.
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“No sé si cuando reciba esta carta podré acompañarte en la oración, o si Dios, en su infinita miser icordia, ya me habrá llamado. En ese caso, espero que Él me permita darte una mano -y mucho mejor- desde el Cielo, 'moviendo las cosas' y celebrando, como bien dices", se lee en la carta de Pablo, un joven español de 21 años, fallecido el pasado 15 de julio a causa de un sarcoma de Ewing. El Papa Francisco recibió esta carta, en el vuelo que lo llevaba hoy hacia Lisboa para participar de la Jornada Mundial de la Juventud.

Murió como carmelita
Pablo Alonso María de la Cruz Hidalgo
murió el 15 de julio pasado. Murió como carmelita, habiendo entrado en la Orden "in articulo mortis", emitiendo sus votos en la habitación del Hospital Clínico de Salamanca.

Su consagración religiosa fue una respuesta a ese "ardor" dado por la fe, que dijo sentir en cada fibra de su cuerpo, debilitado por seis años de enfermedad.

Su historia -que en cierto modo recuerda a la de otro joven apasionado por Cristo, el beato Carlo Acutis- llegó a manos del Papa durante el vuelo a Lisboa, gracias a Eva Fernández, conocida periodista de la emisora española Radio Cope, que en cada Viaje Apostólico se destaca por su particular elección de regalos para ser entregados al Papa Francisco.

Esta vez fue más que un regalo: fue el testimonio de vida y de fe de un joven puesto negro sobre blanco por sí mismo, con lucidez y serenidad. Con la misma lucidez y serenidad, Pablo diseñó un recuerdo para su funeral: una cruz floreada con la inscripción "Árbol de la Vida Eterna, signo de esperanza porque allí descansa el autor de la Vida".

Pablo, nacido el 26 de julio de 2001 en Salamanca, fue diagnosticado con sarcoma de Ewing a los 16 años. Fue un período de pruebas muy duras durante el cual, sin embargo, el chico dijo sentir la llamada de Dios a la vida consagrada y comenzó a orar especialmente por la conversión de los jóvenes: "Para que conozcan el amor de Dios, manifestado en Jesús en la Eucaristía, y por la unidad de la Iglesia".

Encuentro con Cristo
En su carta al Papa, relata los años de su enfermedad: "Soy consciente de que todo tiene un por qué en el plan de Dios. Entre altibajos, días mejores y peores, y con mucha purificación por la enfermedad, hoy miro mi vida y puedo confesar que he sido y soy feliz".

"He descubierto", prosiguió el joven, "que el centro de mi vida no es la enfermedad, sino Cristo. Como les decía a mis amigos, a mi familia, a mis hermanos carmelitas: 'A través del sufrimiento de la enfermedad he encontrado a Dios, y a través de la muerte en la enfermedad iré a Él. Y por esto le doy gracias.'"

En otra parte de la carta entregada al Papa, Pablo escribió que le hubiera encantado participar “en la JMJ de Lisboa contigo y con tantos jóvenes de todo el mundo”.

“Sé por experiencia”, se lee, “que nadie puede apagar el fuego interior que puede tener un joven enamorado de Jesús”.

"Ruego al Señor que este fuego del amor de Dios arda en Lisboa, ¡y cómo me gustaría que los jóvenes conocieran a Jesús, mi Amado! ¡Me ha dado tanto, me ha consolado tanto, me ha hecho tan feliz! Físicamente estoy sin fuerza, pero la comunión de los santos me permitirá participar con ustedes de una manera más profunda y no menor".+