Sábado 27 de abril de 2024

'Pironio fue un pastor contemplativo, con una mirada esperanzada y de fe'

  • 23 de febrero, 2024
  • Madrid (España) (AICA)
Así lo definió Laura Moreno, la argentina que es delegada episcopal de Juventud de la arquidiócesis de Madrid. Homenaje al beato en la catedral de la Almudena.
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Laura Moreno, delegada episcopal de Juventud y gran conocedora del cardenal Eduardo Pironio, fue una de las personas que dieron su testimonio el jueves 22 de febrero, en la celebración por la reciente beatificación del purpurado argentino que tuvo lugar en la catedral de Santa María la Real de la Almudena.

“A lo largo de su servicio en la Santa Sede, el cardenal Pironio tuvo mucha presencia en la Iglesia en España, y muy especialmente en Madrid”, aseguró la argentina residente en el país ibérico, en relación con los motivos de esa celebración en la capital española.

Ayudar a los jóvenes a leer los signos de los tiempos
Moreno consideró que Pironio fue “un impulsor de las Jornadas Mundiales de la Juventud desde su inicio. De ahí su conexión con los jóvenes. Además, fue un pastor reconocido como testigo y profeta de la esperanza”. 

“El cardenal Pironio puede ayudar a los jóvenes a leer los signos de los tiempos, a escuchar el Espíritu en la vida actual de los jóvenes. Que sean personas muy encarnadas en la vida y confiadas en el Espíritu”, precisó, y subrayó: “También promovió la dimensión vocacional, de ser discípulos misioneros, y la de servicio”. 

Moreno confesó que fue testigo de los frutos que “las Jornadas Mundiales de la Juventud siguen dando”, y sostuvo que “celebrar a un beato siempre es una alegría, porque es alguien a quien la Iglesia reconoce como bienaventurado, como alguien que refleja en su vida, de manera especial, el amor de Dios”. 

“El beato Eduardo Francisco Pironio es un contemporáneo, ya que muchas personas lo hemos conocido y somos testigos de su ser especial, de la luz que irradiaba, de la alegría con la que transmitía el Evangelio, del impulso pastoral y espiritual con que nos llevaba a ser mejores personas y a vivir con más plenitud nuestra fe. Fue un pastor contemplativo, con una mirada esperanzada y de fe sobre los acontecimientos de la vida y de la historia”, concluyó.

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