El ejército entró al recinto de la parroquia de la Sagrada Familia y disparó contra cualquiera que saliera de la iglesia. Las víctimas son una anciana y su hija, que salió a rescatar a su madre.
La única iglesia católica de la Franja se quedó sin combustible, lo que privó a la comunidad de electricidad y, a los más de 700 refugiados que alberga, de cualquier medio estable de comunicación.
El obispo maronita de Damasco, monseñor Nassar, advirtió que sin las nuevas generaciones "la Iglesia pierde sus cimientos y no tiene futuro" en la región.
Se inicia hoy el jubileo por el primer centenario de la presencia de esa congregación en China, una aventura misionera que comenzó en 1924.