Pentecostés. Jubileo de los Movimientos eclesiales
CARRARA, Gustavo Oscar - Homilías - Homilía de monseñor Gustavo Carrara, arzobispo de La Plata, en la solemnidad de Pentecostés y Jubileo de los movimientos eclesiales (8 de junio de 2025)
Celebramos hoy, cincuenta días después de la Resurrección de Jesús, el gran regalo de su Pascua, el Don del Espíritu Santo. Celebramos la solemnidad de Pentecostés, y el jubileo de los movimientos eclesiales en nuestra arquidiócesis de La Plata.
Nos relata el libro de Hechos de los Apóstoles que: "El día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en un mismo lugar. De repente se oyó un gran ruido que venía del cielo, como cuando sopla un viento fuerte, que resonó por toda la casa donde se encontraban. Entonces aparecieron lenguas de fuego, que se distribuyeron y se posaron sobre ellos; se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otros idiomas, según el Espíritu los inducía a expresarse."
Ese día los que estaban en la casa, rezando y esperando la promesa de Jesús, se llenaron del Espíritu Santo. Ahora bien, podemos afirmar que el Espíritu Santo es la persona más misteriosa en Dios. Por eso puede manifestarse de múltiples formas, como una fuerte ráfaga de viento o como lenguas de fuego, y en otros lugares de la sagrada escritura se afirma que aparece bajo forma de paloma, o como suave brisa, o como un río de agua viva.
Y si de misterio se trata, en el evangelio también aparece una palabra para nosotros un poco misteriosa: Paráclito. Dice así el evangelio según San Juan: "En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si me aman, cumplirán mis mandamientos; yo le rogaré al Padre y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad. Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Paráclito, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho”."
Dicen los que saben que Paracleitos viene de dos palabras griegas: para, 'junto a', y kaleo, 'llamar'. El verbo para-kaleo quiere decir llamar junto a uno, pedir ayuda. El paráclito es aquel que responde a la llamada, a nuestros anhelos más profundos, a nuestros gritos. Jesús en la última cena hizo esta promesa: 'Yo pediré al Padre y les dará otro Paráclito, para que esté con ustedes siempre' Y añadió: 'No los dejaré huérfanos'. El Espíritu Santo es nuestro Paráclito. Es Aquel que responde a nuestro grito, que sabe interpretarlo, y viene en nuestra ayuda.
Habitualmente un niño que grita y pide ayuda dice: '¡Mamá!' Es una llamada a la ternura de la madre, y la dulzura de la madre. Una madre es paráclito para su hijo.
La Iglesia, también es Madre, y está llamada a escuchar los gritos de una humanidad frágil y doliente, e ir humildemente en su ayuda. Y para ello el Espíritu Santo siempre libre de distribuir sus dones a quien quiere suscita diferentes movimientos eclesiales. Es que el Espíritu da la palabra clave y la solución a los clamores de una época, muchas veces bajo la figura de un movimiento concreto que muestra cómo vivir el evangelio de Jesús en esa situación nueva.
En esta eucaristía estamos en comunión con el Papa León y la celebración del jubileo de los movimientos eclesiales allí en Roma. Ayer en la Vigilia de Pentecostés el Papa decía: "En Pentecostés María, los Apóstoles, las discípulas y los discípulos que con ellos fueron colmados con un Espíritu de unidad, que radicaba para siempre sus diversidades en el único Señor Jesucristo. No muchas misiones, sino una única misión. No introvertidos y belicosos, sino extrovertidos y luminosos. Esta Plaza de San Pedro, que es como un abrazo abierto y acogedor, expresa magníficamente la comunión de la Iglesia, experimentada por cada uno de ustedes en las distintas experiencias asociativas y comunitarias, muchas de las cuales representan frutos del Concilio Vaticano II"[1]. El mismo Espíritu que suscita la diversidad de carismas es el que hace la armonía de los mismos en la vida de la Iglesia, para el servicio del anuncio del evangelio a una humanidad tan necesitada de la misericordia del Padre.
El Papa León nos enseña el estilo con el que tenemos que llevar adelante la pasión por evangelizar. Nos dice así: La evangelización, queridos hermanos y hermanas, no es una conquista humana del mundo, sino la infinita gracia que se difunde a través de vidas transformadas por el Reino de Dios. Es el camino de las bienaventuranzas, un itinerario que recorremos juntos, en continua tensión entre el "ya" y el "todavía no", hambrientos y sedientos de justicia, pobres de espíritu, misericordiosos, mansos, puros de corazón, que trabajan por la paz. Para seguir a Jesús en este camino que Él ha elegido no sirven poderosos protectores, compromisos mundanos o estrategias emocionales. La evangelización es obra de Dios y, si a veces pasa a través de nuestras personas, es por los vínculos que hace posible. Estén por tanto profundamente ligados a cada una de las Iglesias particulares y a las comunidades parroquiales donde alimentan y gastan sus carismas. Cerca de sus obispos y en sinergia con todos los otros miembros del Cuerpo de Cristo actuaremos, entonces, en armoniosa sintonía. Los desafíos que la humanidad enfrenta serán menos espantosos, el futuro será menos oscuro, el discernimiento menos difícil, si juntos obedeciéramos al Espíritu[2].
Y en la Misa de esta mañana afirmaba: "en Pentecostés las puertas del cenáculo se abren porque el Espíritu abre las fronteras"[3]. Animados por el Espíritu Santo corramos nuestras fronteras pastorales para llegar con la luz del Evangelio a los lugares de sufrimiento y dolor de nuestra Arquidiócesis, seamos paráclitos para tantos hermanos y hermanas que nos necesitan, y como reza el lema de la colecta de Caritas "sigamos organizando la esperanza", especialmente entre ellos, con gestos de ternura de la madre Iglesia.
Mons. Gustavo Carrara, arzobispo de La Plata.
Pentecostés 2025.
Notas:
[1] Vigilia de Pentecostés con Movimientos, Asociaciones y Nuevas Comunidades. Homilía del Santo Padre León XIV. Sábado, 7 de junio de 2025.[2]Ibídem.
[3] Santa misa en la solemnidad de Pentecostés. Jubileo de los Movimientos, de las Asociaciones y de las Nuevas Comunidades. Homilía del Santo Padre León xiv. Domingo, 8 de junio de 2025.