Mons. Frassia: Vivir de acuerdo a las convicciones

  • 21 de noviembre, 2019
  • Avellaneda (Buenos Aires) (AICA)
Reflexionar sobre el Evangelio del último domingo del obispo de Avellaneda-Lanús

Al reflexionar sobre el Evangelio del último domingo, donde Jesús habla de la destrucción del templo de Jerusalén, el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, señaló que “se nos está hablando de los últimos tiempos”, y aconsejó “tener confianza, perseverar, pensar y vivir de acuerdo a las convicciones”.

“Estamos –dijo el prelado- entre lo que ya es y lo que va a venir, lo que va a ser; esa es nuestra vida como peregrinos, como ciudadanos, ciudadanos de esta tierra pero también ciudadanos del cielo, de lo que es eterno, absoluto, total. Todos los que pasamos por este mundo vamos a tener que peregrinar sabiendo que las cosas pasan: los sufrimientos, los sufrimientos personales, los sufrimientos familiares, los sufrimientos sociales, los sufrimientos eclesiales; después viene el tema de la naturaleza, que a veces no se la respeta; vemos al Santo Padre Francisco hablando tantas veces de la ecología -en Laudato si’- porque hay que respetar a la naturaleza. El ser humano, los sistemas, muchas veces la depredan y a la vez no la respetan. Y la naturaleza se cobra. Hay que respetar a la naturaleza. Hay que respetarse uno mismo. Hay que respetar a los demás. Hay que respetar a Dios. Por eso, siempre el ser humano tiene una mirada contemplativa; cuando uno sabe contemplar, sabe respetar a los demás.

“Después vendrá lo relacionado con las relaciones humanas. La tensión, la cultura hedonista, fragmentada, rota, quebrada, diluida, sin sentido; ante una cultura de la vida -por ejemplo el conflicto entre vida y aborto, el tema de la ideología de género, donde todo es lo mismo (dos hombres, dos mujeres, como si fueran matrimonio). Uno no hace un juicio personal objetivo-subjetivo de las personas pero ¿que sean igual, a la par?, es difícil ¿no?, es complicado. Pero bueno, la sociedad -como esto lo niega- quiere que sea todo lo mismo, todo igual. ¡Y no es “todo lo mismo”! Somos todos iguales como personas, pero cada uno tiene una identidad propia, cada uno tiene raíces propias. Es importante que, respetando las diferencias, se respete la unidad de los seres humanos.

“Creo que hay que discernir, hay que pensar y hay que vivir amasando acá lo que vamos a vivir allá; pero para vivir allá, en el cielo, hay que amasarlo acá. Tener confianza, perseverar, pensar y vivir de acuerdo a las convicciones”, concluyó monseñor Frassia.+.