Sugerencia del Papa a los consagrados tailandenses sobre la evangelización

  • 22 de noviembre, 2019
  • Bangkok (Tailandia) (AICA)
Encuentro con sacerdotes, religiosos, consagrados y consagradas, seminaristas y catequistas

El papa Francisco mantuvo hoy un encuentro con sacerdotes, religiosos, consagrados y consagradas, seminaristas y catequistas en la parroquia de San Pedro de Bangkok, a quienes les sugirió que no tengan miedo de querer inculturar el Evangelio cada vez más.

Tras ser recibido en la entrada del templo por su párroco, el pontífice recorrió la nave central hasta el altar, donde un sacerdote, una religiosa, un seminarista y un catequista le ofrecieron flores que él colocó a los pies de San Pedro, y luego hizo un momento de adoración ante el Santísimo.

Después regresó para escuchar el breve saludo de bienvenida del obispo responsable de los religiosos y posteriormente escuchó el testimonio de una religiosa.

Al tomar la palabra, el obispo de Roma agradeció a monseñor Joseph Pradhan Sridarunsil sus palabras de bienvenida en nombre de los presentes.

Francisco manifestó su satisfacción por este encuentro con los sacerdotes, religiosos, consagrados y consagradas, seminaristas y catequistas, por “poder verlos, escucharlos, participar de su alegría y palpar cómo el Espíritu realiza su obra en medio nuestro”.

“Gracias a todos ustedes catequistas, sacerdotes, consagrados y consagradas, seminaristas, por este tiempo que me regalan”, subrayó.

También dio las gracias a la religiosa Benedetta, por haber compartido su vida y testimonio, y afirmó que mientras la escuchaba le venía “un sentimiento de acción de gracias por la vida de tantos misioneros y misioneras que fueron marcando su vida y dejando su huella”.

Al referirse a la promesa de esperanza que representan los misioneros, incluso sin haber podido contemplar o saborear el fruto de su entrega, Francisco los invitó a dar gracias por ellos, sin olvidar a los ancianos de sus comunidades que no pudieron asistir: “Díganles que el Papa les envía una bendición agradecida, y les pide también su bendición”.

El Santo Padre afirmó que “la historia vocacional de cada uno de nosotros está marcada por esas presencias que ayudaron a descubrir y discernir el fuego del Espíritu”. De ahí que sea “tan lindo e importante saber agradecer”.

Asimismo, les recordó que “el Señor no los llamó para enviarlos al mundo a imponer obligaciones a las personas, o cargas más pesadas de las que ya tienen, y son muchas, sino a compartir una alegría, un horizonte bello, nuevo y sorprendente”.

Francisco los animó también a “no tener miedo de buscar esos nuevos símbolos e imágenes, esa música particular que ayude a los tailandeses a despertar al asombro que el Señor nos quiere regalar”.

“No tengamos miedo de querer inculturar el Evangelio cada vez más. Es necesario buscar esas nuevas formas para transmitir la Palabra, capaz de movilizar y despertar el deseo de conocer al Señor: ¿Quién es este hombre? ¿Quiénes son estas personas que siguen a un crucificado?”, sostuvo.

El Papa los invitó a rezar a la Virgen, la primera que cautivó con la belleza de su mirada a Benedetta, y a decirle con confianza de hijos: “Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados para llevar a todos el Evangelio de la vida que vence a la muerte. Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos para que llegue a todos el don de la belleza que no se apaga”.

El Santo Padre los exhortó a no olvidar que el fervor para el religioso, religiosa, sacerdote o catequista “se alimenta en ese doble encuentro: en el rostro del Señor y en el de los hermanos” y les sugirió que aun inmersos en miles de ocupaciones, busquen siempre el espacio para recordar, en la oración, que el Señor ya ha salvado al mundo y que estamos invitados con Él a hacer tangible esta salvación.

Al despedirse, el Papa les agradeció nuevamente por su vida, testimonio y entrega generosa, y les pidió que, por favor, “no cedan a la tentación de pensar que son pocos, piensen más bien que son pequeños instrumentos en las manos creadoras del Señor”.+

» Texto completo del discurso