Los cristianos siguen llevando una vida terrible en el distrito de Kandhamal

  • 19 de mayo, 2014
  • Kandhamal (India)
Una familia que perdió su vivienda en los ataques contra los cristianos en Orissa, India, en 2008, otra vez fue víctima de la violencia. El hogar, reconstruido con fondos estatales después de las masacres, fue derribado nuevamente, según informó a Fides el padre Ajay Kumar Singh, sacerdote católico que trabajó en favor de la población cristiana perseguida en la región. Los autores de los hechos fueron hinduistas radicales un grupo de ideología similar a los causantes de la violencia en 2008. "La última demolición muestra que estos grupos son fuertes y determinados a expulsar a los cristianos del país", denunció el sacerdote. "Los cristianos siguen llevando una vida terrible en el distrito de Kandhamal".
Una familia que perdió su vivienda en los violentos ataques contra los cristianos en Orissa, India, en 2008, nuevamente fue víctima de la violencia. El hogar, reconstruido con fondos estatales después de las masacres, fue derribado nuevamente, según informó a la agencia Fides el padre Ajay Kumar Singh, sacerdote católico que trabajó en beneficio de la población cristiana perseguida en la región. Los hechos fueron cometidos por un grupo radical hinduista, de orientación ideológica similar a los causantes de la violencia en 2008. "La última demolición muestra que estos grupos son fuertes y determinados a expulsar a los cristianos fuera del país", denunció el sacerdote. "Los cristianos siguen llevando una vida terrible en el distrito de Kandhamal". La casa destruida es la tercera edificada por la familia Digal, que se resiste a abandonar su tierra a causa de la intimidación. La primera demolición ocurrió en diciembre de 2007, en la primera oleada de violencia en Kandhamal. Tras su retorno al lugar, los Digal reconstruyeron su hogar, que fue derribado en agosto de 2008 durante el linchamiento popular contra los cristianos que produjo una docena de asesinatos y la destrucción de 834 hogares. En esta oportunidad, la familia tuvo que huir fuera del Estado y se mantuvieron lejos de su tierra durante varios años, hasta recibir la compensación estatal y regresar con el propósito de retomar su vida. El reciente ataque destruye las esperanzas de llevar una vida normal para la familia Digal. Tres hombres acusados de tomar parte en el ataque fueron liberados sin explicación por la Policía, que aún no detiene a los responsables. "El Estado dejó de proteger y garantizar los derechos básicos de los ciudadanos cristianos en Orissa", concluyó el P. Singh.+