El Papa: Demos voz a quienes son discriminados por su discapacidad

  • 3 de diciembre, 2019
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Mensaje con ocasión del Día Mundial de las Personas con Discapacidad

“Es necesario cuidar y acompañar a las personas con discapacidad en todas las condiciones de vida, caminar con ellos y "ungirles" de dignidad para que participen activamente en la comunidad civil y eclesial”, expresó el Santo Padre en su mensaje con ocasión del Día Mundial de las Personas con Discapacidad, que se celebra hoy, martes 3 de diciembre, y que este año tiene como tema "El futuro es accesible".

“En esta ocasión, -escribe el pontífice en su mensaje- quisiera recordar cómo la promoción del derecho de participar desempeña hoy un papel central en la lucha contra la discriminación y en la promoción de la cultura del encuentro y de la calidad de vida”.

Y destaca que a pesar de los “grandes progresos” que se realizaron en el ámbito de la medicina y del bienestar, “todavía hoy, indica el Papa, constatamos la presencia de la cultura del descarte y muchos de ellos sienten que existen sin pertenecer y sin participar”.

“Todo esto exige no sólo la protección de los derechos de las personas con discapacidad y de sus familias, sino que nos exhorta también a hacer un mundo más humano, eliminando todo lo que les impide tener una ciudadanía plena, los obstáculos del prejuicio, y favoreciendo la accesibilidad de los lugares y la calidad de vida, que tenga en cuenta todas las dimensiones del ser humano”.

El Santo Padre señala a continuación que “es necesario cuidar y acompañar a las personas con discapacidad en todas las condiciones de vida, utilizando también las tecnologías actuales pero sin absolutizarlas; hacerse cargo de las situaciones de marginalidad con fuerza y ternura; caminar con ellos y ‘ungirles’ de dignidad para que participen activamente en la comunidad civil y eclesial. Es un camino exigente y también fatigoso, que contribuirá cada vez más a la formación de conciencias capaces de reconocer a cada uno de nosotros como una persona única e irrepetible”.

También pidió el pontífice recordar a “las personas de todas las edades, especialmente a los ancianos, que, también por su discapacidad, a veces se sienten como una carga, como ‘presencias engorrosas’, y corren el riesgo de ser descartadas, de que se les nieguen perspectivas laborales concretas para participar en la construcción de su propio futuro”.

“Estamos llamados a reconocer la dignidad de cada persona, sabiendo que no depende de la funcionalidad de los cinco sentidos”, subrayó el Papa.

Y añadió: “Necesitamos desarrollar anticuerpos contra una cultura que considera algunas vidas de serie A y otras de serie B: ¡esto es un pecado social! Tengan el valor de dar voz a quienes son discriminados por su discapacidad, porque desgraciadamente en algunas naciones, todavía hoy, se duda en reconocerlos como personas de igual dignidad, como hermanos y hermanas en la humanidad”.

El pontífice exhortó a un cambio de mentalidad, “si no superamos una cultura generalizada que sigue produciendo desigualdades, impidiendo que las personas con discapacidad participen activamente en la vida cotidiana”, indica en su mensaje.

“En los últimos años se han puesto en marcha y llevado a cabo procesos inclusivos, pero todavía no son suficientes, porque los prejuicios producen, además de barreras físicas, también limitaciones al acceso a la educación para todos, al empleo y a la participación. Una persona con discapacidad, para construirse a sí misma, necesita no sólo existir sino también pertenecer a una comunidad”.

El Papa concluye su mensaje animando “a todos los que trabajan con personas con discapacidades a que continúen con este importante servicio y compromiso, que determina el grado de civilización de una nación. Y rezo para que cada persona sienta la mirada paterna de Dios, que afirma su dignidad plena y el valor incondicional de su vida”. +