Inauguran el pesebre y encienden el árbol de Navidad en la Plaza de San Pedro

  • 5 de diciembre, 2019
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El pesebre y el árbol provienen de las regiones del nordeste italiano

En una emotiva ceremonia, se procedió esta tarde al encendido del árbol de Navidad y la inauguración del monumental Pesebre ubicados en la Plaza de San Pedro del Vaticano, ante cientos de romanos y turistas y autoridades eclesiales y de las regiones del norte de Italia que donaron el nacimiento y el abeto.

El pesebre y el árbol provienen de las regiones del nordeste italiano, cuyos bosques fueron devastados por una tempestad en 2018.

El abeto rojo, de unos 26 metros de altura, proviene de los bosques del Véneto, y en sustitución de este árbol se replantarán otros cuarenta abetos en la zona, gravemente dañada por la tormenta del año pasado, informó la Santa Sede.

Su iluminación es de última generación, con un "limitado" impacto medioambiental y bajo consumo energético y ha sido encargada a la Dirección de Infraestructuras y Servicios de la Gobernación del Vaticano en colaboración con la compañía alemana Osram.

El Portal de Belén, realizado completamente en madera, proviene de Scurelle, en la provincia de Trento (norte), y alude a la tradición arquitectónica de esta zona.

En la instalación hay unos 25 personajes a tamaño real en madera policromada: en el centro, la Sagrada Familia, y a su alrededor los pastores, animales, objetos, plantas y los Reyes Magos. En el fondo pueden verse los troncos de los árboles abatidos por la tormenta.

El presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, cardenal Giuseppe Bertello, dio la bienvenida a las delegaciones encabezadas por tres obispos: el arzobispo de Trento, monseñor Lauro Tisi; el obispo de Padua, monseñor Claudio Cipolla y el obispo de Vittorio Véneto, monseñor Corrado Pizziolo.

El cardenal Bertello señaló que este pesebre de la Plaza de San Pedro “indica un poco la expresión artística de la fe de una población que ha sabido traducir sus sentimientos en arte y que ahora lo pone a disposición a la universalidad de la Iglesia porque en la Plaza de San Pedro pasan los peregrinos de todo el mundo, quienes podrán admirar, y yo espero, no solo el arte, sino sobre todo las tradiciones, la vida cristiana de un pueblo que ha hecho historia con la historia de la Iglesia”.

Por su parte, el arzobispo de Trento destacó que “el elemento más bello de este pesebre son las manos que lo han realizado, la comunidad que lo ha generado” y añadió que “estas manos que se unieron para construir este pesebre nos recuerdan que la verdadera fuerza está en hacerse vulnerables al otro, en hacer espacio a la historia, a la vida del otro”.

Luego monseñor Cipolla se refirió al abeto rojo que proviene del Altiplano de Asiago. Dijo que junto con la donación del árbol, la población local también realizó un gesto de solidaridad al ofrecer donaciones para un hospital pediátrico en Belén.

“Este árbol nos recuerda un corazón que quiere poner atención a quienes pasan por más dificultad. Al verlo encendido mostrará también esta solidaridad hacia todos. Este árbol indica también la apertura a otros sufrimientos que hay en el mundo. Esta plaza es una plaza mundial”, afirmó.

Por último, el obispo de Vittorio Veneto, monseñor Corrado Pizziolo, indicó que el pesebre “es una bella devoción cristiana” y agregó que “también los pesebres más humildes son bellos, porque tocan algo que todos hemos vivido que es el propio nacimiento”.

“El Señor quiso hacerse niño para presentarse ante nuestros ojos en su ternura, en su fragilidad, para darnos a entender su amor” dijo el prelado, por lo que animó a contemplar los pesebres para que a través de esa mirada podamos ser robados “por las realidades celestes, es decir, por el Amor del Señor que se manifiesta en estos signos, así simples, pero bellos”.

De este modo el Vaticano sigue con la tradición de decorar la plaza que precede a la basílica, instaurada en 1982 por Juan Pablo II, y tanto el pesebre como el árbol podrán apreciarse hasta el final de la Navidad, concretamente hasta el 12 de enero de 2020. +