En Catamarca comenzó el Año Mariano Nacional: "Doce meses de gracia y bendiciones divinas"

  • 9 de diciembre, 2019
  • San Fernando del Valle de Catamarca (AICA)
En la solemnidad de la Inmaculada Concepción, el domingo 8 de diciembre

Los catamarqueños comenzaron los festejos en la solemnidad de la Inmaculada Concepción y el inicio del Año Mariano Nacional, en acción de gracias por los 400 años del hallazgo de la Virgen del Valle. Al concluir la novena, el sábado 7 de diciembre, hubo diversos festejos y misas recibiendo a los peregrinos, rezo del rosario, ángelus y del último día de la novena. Por la noche, la misa fue por a las familias, y luego hubo una serenata a la Santísima Virgen en el Paseo de la Fe.

El domingo 8 de diciembre la jornada en la catedral basílica y santuario de Nuestra Señora del Valle comenzó a las 5:30 con el rezo del rosario y en ángelus. Monseñor Luis Urbanc, obispo de Catamarca, presidió la misa de apertura del Año Jubilar Mariano: “Querida Madre del Valle, para ti es este Año Jubilar, con el que queremos honrarte y agradecerte por todo lo que has hecho, haces y harás por tus hijos peregrinos en este ‘valle de lágrimas’”, dijo el prelado.

Concelebraron la Eucaristía el obispo emérito de La Rioja, monseñor Roberto Rodríguez, y numerosos sacerdotes del clero catamarqueño y de otras jurisdicciones eclesiásticas del país, quienes llegaron como peregrinos a honrar a la patrona de Catamarca y del Noroeste Argentino.

Luego de la lectura de los decretos de indulgencias plenarias concedidos por la Penitenciaría Apostólica por mandato del papa Francisco, y el correspondiente al Año Jubilar Mariano Diocesano, emitido por el obispo de Catamarca, se dio comienzo a la celebración eucarística de la que participaron miles de peregrinos provenientes de distintas regiones del país.

En su homilía, monseñor Urbanc comenzó diciendo: “Con esta Misa solemne damos inicio al Año Jubilar Mariano en acción de gracias por los 400 años de presencia de esta sagrada imagen de la Pura y Limpia Concepción, por todos ahora conocida como la Virgen del Valle y así invocada por el pueblo creyente, por los niños, jóvenes, adultos y ancianos. Ella es la Madre de los enfermos y de los pobres”.

Se refirió a María como “la Madre de todos, la que nos ayuda a superar las odiosas diferencias y a sabernos encontrar después de nuestros desencuentros y rabietas. Ella es la que nos acompaña en nuestras acciones de gracias por tantos y tan variados dones con los que Dios, Padre providente, nos bendice. Ella es la ‘Morenita’, la ‘Negrita’, la ‘Virgencita, la ‘Mama Achachita’, la ‘Virgen Gaucha’, la ‘Madre’, la ‘Señora’, la ‘Patrona’, la ‘Virgen’”.

Luego mencionó el comienzo del Año Jubilar Mariano: “A lo largo de estos doce meses de gracia y bendiciones divinas, pondremos la mirada de la mente y el corazón en la persona de la Bienaventurada Virgen María, causa de nuestra alegría, pues por medio de su humilde, decidido y generoso sí, la salvación se ha incoado en toda la creación, es decir, se ha revertido la maldición, trocándose no sólo en perdón, sino en algo más grandioso e inmerecido ni soñado por nadie: en adopción filial de todo ser humano, con todos los deberes y derechos propios de quien goza de tal definitivo estado de vida”.

Asimismo, el “para poder vivir con mayor provecho este año, en el que los catamarqueños seremos anfitriones del IV Congreso Mariano Nacional, les he escrito una breve, pero creo que sustanciosa, carta pastoral para motivarlos a no desaprovechar la oportunidad única de profundizar en el misterio de María en el Plan de Salvación de Dios”, indicó monseñor Urbanc.

“¡Cómo no agradecer a Dios que, con ocasión de este gran jubileo, vendrán del norte y del sur, del este y del oeste, multitud de hermanos no sólo como congresistas, sino como devotos y peregrinos a honrar al Dios Altísimo que se hizo providencia maternal en la persona de la Santísima Madre de su Hijo Jesucristo, a través de una frágil imagen con rostro curtido y afligido propio de los nativos, a los que el Padre Eterno vino a consolar y esperanzar!”, exclamó el obispo.

Recordando los festejos en 2010 por los 100 años de la diócesis de Catamarca, mencionó: “Nosotros somos el legado de aquellas gestas evangelizadoras y necesitamos renovarnos en nuestro amor a la Santa Trinidad (…) Nos será de mucha ayuda repasar, una y otra vez, las maravillas obradas entre nosotros por el Señor por intercesión de Nuestra Madre del Valle; tanto aquellas por todos conocidas, cuanto las que, no habiendo sido muy difundidas, muestran con sencillez la portentosa protección orante de Santa María, siempre Virgen”.

Finalmente, se dirigió a la Virgen para decirle: “En Ti siempre queremos ver a la mujer creyente que supo vivir el misterio de la virginidad unida a la maternidad. A la joven diligente que corre presurosa a ayudar a su prima Isabel en las tareas más exigentes del hogar, para hacerle más llevaderos los últimos meses de gestación de Juan el Bautista. A la maestra de oración que nos enseña a alabar la grandeza del Señor, reconociendo que Él es el origen de los supremos gozos del alma, de la santidad, de la misericordia, de la justicia, del amor por los humildes y de la fidelidad. Y a la perfecta discípula de Jesús por el cumplimiento perseverante, fiel y perfecto de la voluntad del Padre”.

» Texto completo de la homilía

Antes de la bendición final se cantó el Himno a la Virgen del Valle y se rezó la Oración del Año y IV Congreso Mariano Nacional. Los aplausos resonaron en el templo, mientras los peregrinos se acercaban ante la imagen de la Virgen Morenita para tomar su gracia.

Por la tarde, a las 18, hubo un encuentro de María con su pueblo frente al santuario. La Virgen salió de la catedral, acompañada por el obispo diocesano y el párroco de la catedral. Se realizá una procesión con la sagrada imagen por las calles céntricas de San Fernando del Valle de Catamarca y habo un gesto de apertura del Año Jubilar Mariano. La jornada concluyó con la misa vespertina.+