Mons. Ñáñez llama la atención sobre los "excesos en el cuidado de la seguridad"

  • 2 de junio, 2015
  • Córdoba
El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Náñez, denunció ciertos "excesos en el cuidado de la seguridad" y pidió que no haya más atropellos a la dignidad humana ni estigmatizaciones de personas o sectores sociales por parte de las fuerzas de seguridad. También mostró su preocupación por recientes "asesinatos crueles" y "femicidios" y llamó a crecer, como sociedad, en el respeto mutuo.
El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Náñez, denunció en su homilía del domingo 31 de mayo ciertos "excesos en el cuidado de la seguridad" y pidió que no haya más atropellos a la dignidad humana ni estigmatizaciones de personas o sectores sociales. También mostró su preocupación por recientes "asesinatos crueles" y "femicidios" y llamó a crecer, como sociedad, en el respeto mutuo. En la fiesta de la Santísima Trinidad, el arzobispo dijo que la realidad de un Dios Uno y Trino es inspiradora para la familia y para la vida social, porque, al igual que los hombres, las personas divinas son "diversas pero al mismo tiempo llamadas a la comunión". Monseñor Ñáñez sostuvo que la vida social, al menos para el creyente, "tiene que ser un reflejo del misterio de la Santísima Trinidad", y explicó: "Tenemos una dignidad casi infinita porque somos imagen de este Dios único y trino, todos. Eso tiene que hacernos pensar el respeto que nos debemos mutuamente y que de ninguna manera es lícito atropella la dignidad de los demás". El arzobispo de Córdoba también advirtió sobre los "asesinatos crueles" y "femicidios". Dijo que son "atentados a la dignidad, que no se pueden aceptar de ningún modo y que tiene que encontrar en todos un rechazo neto y categórico". "La vida es sagrada", insistió el prelado. "Cada persona es reflejo e imagen del Dios vivo. También esto significa que no debe haber ningún atropello a la dignidad humana, y entonces, por ejemplo el legítimo cuidado de la seguridad de las personas no debe dar lugar a estigmatizaciones de algún sector de la población o a sospechas infundadas por el hecho de pertenecer a ese sector de la población, y mucho menos dar lugar a excesos en el cuidado de la seguridad", añadió. "Esto lo señalábamos hace 15 días y volvemos a insistir. Tenemos que crecer como sociedad en el respeto mutuo, trabajo laborioso pero indispensable", dijo el arzobispo, quien pidió resguardar la dignidad de las personas, y recordó que esta dignidad "jamás deja de tener vigencia, aún cuando las personas por su proceder oscurezcan de algún modo su propia dignidad". "Este ser imágenes del Dios vivo que es Uno y Trino nos mueve también a ver cómo deben ser las relaciones entre las personas. La trinidad es modelo, es inspiradora de la vida familiar, comunitaria y social. Una inspiración que nos mueve al respeto mutuo, a la benevolencia, al amor verdadero", observó el arzobispo. Monseñor Ñáñez explicó que en la Santísima Trinidad hay "una comunión perfectísima" y "respetuosa de la diversidad". Y concluyó: "El Padre no es el Hijo ni el Espíritu Santo. Diversidad pero comunión perfecta, modelo para una vida familiar, modelo para la vida comunitaria. Diversos pero, al mismo tiempo, llamados a la comunión".+