Mons. Barba: "La Cuaresma tiene un sentido porque vamos hacia la Pascua"

  • 24 de marzo, 2020
  • Buenos Aires (AICA)
El obispo reflexionó en base a tres signos principales: la oración, el ayuno y la limosna

El presidente de la Comisión Episcopal para la Comunicación Social, monseñor Gabriel Bernardo Barba, obispo de Gregorio de Laferrere, reflexionó sobre la Cuaresma en tiempos de la pandemia por el Coronavirus, un camino de conversión que vamos transitando a través de tres signos principales: la oración, el ayuno y la limosna. Lo hizo en el programa Claves para un mundo mejor, que se emitió el sábado 21 de marzo por el canal 9 de TV.

“Estamos viviendo un tiempo difícil donde la pandemia del Coronavirus nos preocupa a todos. Y lo vivimos de un modo especial los católicos que venimos celebrando, desde hace varias semanas, exactamente desde el Miércoles de Ceniza, un tiempo especial que es el Tiempo de la Cuaresma”, explicó.

Valoró que “el mensaje de los cristianos es el mensaje de Jesús y es un mensaje de salvación. La Cuaresma tiene sentido porque caminamos hacia la Pascua. La Cuaresma tiene toda su plenitud en el Domingo de Pascua cuando Jesús resucita y cuando celebramos el triunfo de la vida sobre la muerte. En este tiempo de Cuaresma estamos justamente invitados a mirarnos hacia adentro, trabajar la reconciliación con Dios y con nuestros hermanos y transitar el camino de conversión mediante tres signos: la oración, el ayuno y la limosna”.

Sobre la oración, el obispo de Gregorio de Laferrere comentó que “cada uno tiene su forma de rezar, cada uno sabe cómo se organiza día a día o semanalmente en su forma de rezar, pero mi propuesta es que este Tiempo de Cuaresma tenga algo más, un paso más, un paso distinto y cada uno sabe cuál es ese paso distinto y el paso superior que podemos hacer en nuestra vida de todos los días para que la Cuaresma no sea algo que escuchamos que hacen otros sino que sea una vivencia nuestra”.

Monseñor Barba se refirió al tema del ayuno y destacó que “de más está decir que no nos vamos a quedar anclados solamente en comer o no comer carne, en comer o no comer pescado, sino que tenemos tantas cosas para ayunar y cada uno sabe dónde le aprieta el zapato. Cada uno sabe de qué tiene que ayunar para que el que crezca en nuestro corazón sea Dios”.

Finalmente se detuvo en la limosna: “Sin dudas, la generosidad, la misericordia y el compartir y el renunciar a favor de los que más necesitan también en eso y en ellos encontramos una oportunidad para acercarnos a Dios”.

El Presidente de la Comisión Episcopal para la Comunicación Social también reparó en la importancia de comprender el mensaje del comienzo de Cuaresma, donde al imponerse las Cenizas se dice: “Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás” y que eso “nos remite al Libro del Génesis donde se nos recuerda que somos obra de la mano de Dios, somos arcilla moldeada por la mano de Dios. En primer lugar arcilla, humus, tierra, humildad. Pero junto con esa humildad propia del ser humano somos obra de la mano de Dios y no estamos acá de casualidad sino que porque existimos primero en el corazón de Dios hoy estamos acá transitando aquí en la Tierra. Somos hechos a su imagen y semejanza. También tenemos conciencia de que nuestro corazón es limitado y pecador”.

“Ojalá que lleguemos a una Pascua con un corazón verdaderamente preparado, habiendo aprovechado estos 40 días del Tiempo de Cuaresma”, concluyó.+