El Papa pidió preservar el Status Quo de Jerusalén y esforzarse en convivir pacíficamente

  • 23 de octubre, 2017
  • Ciudad del Vaticano
"La Ciudad Santa, cuyo Status Quo debe ser defendido y preservado, debería ser un lugar donde todos puedan convivir pacíficamente; de lo contrario proseguirá para todos y sin fin la espiral del sufrimiento", advirtió esta mañana el papa Francisco al recibir a su Beatitud Teofilos III, patriarca Greco Ortodoxo de Jerusalén y a su séquito en visita a Roma, del 22 al 25 de octubre.
"La Ciudad Santa, cuyo Status Quo debe ser defendido y preservado, debería ser un lugar donde todos puedan convivir pacíficamente; de lo contrario proseguirá para todos y sin fin la espiral del sufrimiento", advirtió esta mañana el papa Francisco al recibir a su beatitud Teofilos III, patriarca Greco Ortodoxo de Jerusalén y a su séquito en visita a Roma, del 22 al 25 de octubre. El papa Francisco agradeció de corazón al patriarca greco ortodoxo de Jerusalén y a su séquito por su visita. "Con gran alegría les doy mi bienvenida a Roma. Me complace poder devolver con gratitud y afecto fraterno, la calurosa acogida que se me ofreció durante mi visita a Jerusalén", expresó el pontífice. "Este encuentro me ofrece la oportunidad de expresar nuevamente mi cercanía a todos aquellos que sufren por los conflictos que desde hace decenios afligen Tierra Santa", señaló asimismo el obispo de Roma, lamentando la incertidumbre de la situación y la incomprensión entre las partes, con un nuevo apremiante llamamiento: "Por ello, invoco la ayuda de Dios y pido a todos los sujetos implicados que multipliquen los esfuerzos con el fin de que se realicen las condiciones para una paz estable, basada en la justicia y el reconocimiento de los derechos de todos. Con tal fin, es necesario rechazar con firmeza todo tipo de violencia, todo tipo de discriminación y toda manifestación de intolerancia contra personas o lugares de culto judíos, cristianos y musulmanes". "La Ciudad Santa, cuyo Status Quo debe ser defendido y preservado, debería ser un lugar donde todos puedan convivir pacíficamente; de lo contrario proseguirá para todos y sin fin la espiral del sufrimiento". El Santo Padre dirigió seguidamente un pensamiento especial a todos los miembros de las comunidades cristianas de Tierra Santa, deseando que se apoye en especial a las familias y a los jóvenes cristianos, para que no se vean obligados a dejar su propia tierra: "Deseo que sean reconocidos siempre como parte integrante de la sociedad y que, como ciudadanos y creyentes de pleno derecho, brinden, sin desmayo, su propia contribución para el bien común y la construcción de la paz, comprometiéndose en ser artífices de reconciliación y de concordia. Esta contribución será aún más eficaz en la medida en que se realice una sintonía cada vez mayor entre las diversas Iglesias de la región". Una vez más, el Santo Padre evocó la oración de Jesús al Padre, por los suyos en el Cenáculo, y confirmó el importante y firme compromiso ecuménico: "Deseo reiterar sincero anhelo y todo empeño en el camino hacia la unidad plena entre nosotros. Sé bien que algunas heridas del pasado siguen dejando marcas en la memoria de tantos, no es posible cambiar la historia, pero, sin olvidar las graves faltas de caridad cometidas durante siglos, dirijamos juntos la mirada a un futuro de reconciliación plena y de comunión fraterna y pongámonos ahora manos a la obra, como el Señor desea. No hacerlo sería la culpa más grave de hoy, sería desoír la apremiante invitación de Cristo y los signos de los tiempos, que el Espíritu siembra en el camino de la Iglesia". El papa Francisco concluyó su discurso rezando con el patriarca Teófilo III y su séquito por la paz en Tierra Santa: "Deseo reafirmar mi cercanía a los hermanos cristianos de Tierra Santa y mi afecto a los amigos de las otras grandes religiones presentes en la región, esperando y rogando que llegue pronto para todos el día de una paz estable y duradera" y añadió: "Pidan paz para Jerusalén". El pontífice concluyó su discurso invitando a rezar juntos por la paz en la Tierra de Jesús con las palabras del Padre Nuestro. Luego de su encuentro con el Santo Padre, el patriarca greco ortodoxo de Jerusalén y su séquito se reunió con el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, y con monseñor Paul Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados. Seguidamente también se reunió con el cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, y con el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.+