El Papa reza por las víctimas anónimas de la pandemia

  • 30 de abril, 2020
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Misa matutina celebrada hoy por el papa Francisco en la capilla de la Casa Santa Marta

“Recemos hoy por los muertos, los que murieron por la pandemia; y también de manera especial por los muertos -digamos- anónimos: hemos visto las fotografías de las fosas comunes. Son muchos…”, dijo el papa Francisco al inicio de la misa matutina celebrada hoy en la capilla de la Casa Santa Marta.

Tras la lectura del pasaje del Evangelio de San Juan en el cual Jesús dice: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió”, el Pontífice afirmó que: “Jesús recuerda que los profetas habían anunciado esto. “Es Dios que atrae el conocimiento del Hijo, sin esto, no se puede conocer a Jesús”.

“Sí, se puede estudiar, conocer la Biblia, conocer cómo nació, qué hizo, eso sí. Pero conocerlo por dentro, conocer el misterio de Cristo, solamente es para quienes son atraídos por el Padre a esto”, señaló Francisco.

Luego comentó la narración del Libro de los Hechos de los Apóstoles donde habla del funcionario de la Reina de Etiopía: “Esto es lo que le sucedió a este ministro de economía de la reina de Etiopía. Se ve que era un hombre piadoso y que se tomó tiempo, en tantos de sus negocios, para ir a adorar a Dios. Un creyente, y regresaba a la patria leyendo al profeta Isaías. El Señor tomó a Felipe y le dio ese lugar, y después le dijo: ve a un lado, acércate a ese carro, y siente que está leyendo Isaías el ministro, y se acerca y le hace una pregunta: ¿entiendes? Pero, ¿cómo podré entender si nadie me guía?, y hace la pregunta de ¿quién hace esto? el profeta”.

En esta línea, el Santo Padre añadió que Felipe subió al carruaje, “durante el viaje, no sé cuanto tiempo, yo pienso que al menos un par de horas, Felipe explicó y explicó a Jesús”.

“Aquella inquietud que tenía este señor en la lectura del profeta Isaías era precisamente del Padre que atraía hacia Jesús, que había preparado, lo había llevado desde Etiopía a Jerusalén para adorar a Dios, y después, con esta lectura, había preparado el corazón para revelar a Jesús. A tal punto que, apenas llegó, dijo: ¿puedo ser bautizado? Y él creyó”.

En este sentido, el pontífice recalcó "que nadie puede conocer a Jesús sin que el Padre lo atraiga. Esto es válido para nuestro apostolado, para nuestra misión apostólica como cristianos. Pienso también a las misiones. No saber hacer las misiones, ir a convertir a la gente… tú no convertirás a nadie. Será Dios Padre quien atraerá esos corazones a Jesús. Hacer misión es dar testimonio de la propia fe, sin testimonio no harás nada”.

“Ir en misión, no significa hacer estructuras grandes, cosas, y detenerse allí. No, las estructuras deben ser testimonio de que tú puedes hacer una estructura sanitaria, educativa, de gran perfección, de gran desarrollo. Pero si una estructura es sin testimonio cristiano, tu trabajo allí no será un trabajo de testigo, un trabajo de verdadera predicación de Jesús, será una sociedad de beneficencia, muy buena, pero nada más”, aseguró el Santo Padre.

Finalmente, el papa Francisco dijo: “Si yo quiero ir en misión, ir en apostolado, debo ir con la disponibilidad que el Padre atraiga a las personas a Jesús y eso lo hace el testimonio. Jesús mismo lo dice al apóstol Pedro cuando confiesa que Él es el Mesías. Tú eres feliz Simón Pedro porque esto te lo ha revelado el Padre”. +