"Pasó haciendo el bien", destacan en el homenaje al Card. Pironio en el Vaticano

  • 31 de mayo, 2018
  • Ciudad del Vaticano
A 20 años de la muerte del cardenal argentino Eduardo Pironio, se llevó a cabo en el Palacio San Calixto de Roma, una jornada especial en su memoria. La actividad estuvo organizada por la embajada argentina ante la Santa Sede. Participaron el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado Vaticano; el cardenal argentino Leonardo Sandri y el obispo de Chascomús y secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Carlos Malfa.
La figura del cardenal Eduardo Pironio fue recordada el 30 de mayo en el Vaticano, a 20 años de su fallecimiento. El acto estuvo organizado por la embajada argentina ante la Santa Sede, a cargo de Rogelio Pfirter, y contó con la participación del cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano; el cardenal argentino Leonardo Sandri, prefecto para la Congregación para las Iglesias Orientales, el obispo de Chascomús y secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Carlos Humberto Malfa. [img]http://www.aica.org/subidas/3908.jpg[/img] "Los que conocieron a Pironio saben que irradiaba una serenidad que sólo la amistad con el Señor puede dar. Impresionaba la atención que le daba a cada uno como si fuera la única persona. Se podía entrever su unión con Cristo: Cristo para él era todo, era la razón de su vida", destacó el cardenal Parolin, quien abrió la conferencia. El purpurado recordó las características que tuvo esta gran figura de la Iglesia argentina, pero también de la curia romana, muy similares a las del actual Pontífice. "Pironio siempre estuvo del lado de los crucificados, fue compañero de viaje de tantos pobres, tantos desesperados, que encontraban en él un padre y un hermano. Su puerta siempre estaba abierta. Quería involucrar a todos en la evangelización", elogió el Secretario de Estado. Una larga y dolorosa enfermedad marcó la existencia del cardenal Pironio, pero supo alabar al Señor también en aquella circunstancia ?afirmó el Secretario de Estado? "consciente de que la Cruz es fuente de vida y no de muerte. En sus palabras se transparentan además de la confianza incondicional en la Providencia, el sentido de gratitud a Dios, como Aquél que dona y quita en vista de un bien mayor". Card. Sandri: "Un gran hijo de la Iglesia" En el marco del homenaje a Pironio, el cardenal Sandri tuvo a su cargo la homilía de la misa. "Nuestro encuentro no está marcado por la tristeza de su ausencia, sino que se convierte en acción de gracias por la vida de este gran hijo de la Iglesia e hijo de nuestra querida tierra, la Argentina, pero también de Italia, una tierra de origen, como para muchos de nosotros, de su familia", señaló. El cardenal Pironio, recordó el purpurado, "atravesó algunos valles oscuros, pero no tuvo miedo, repitiendo dentro de sí la palabra del salmo: ¡No temo a ningún mal, porque Tú estás conmigo! La paz y la alegría interior que se podía ver en sus ojos, en su sonrisa y en el trabajo infatigable por el Reino de Dios fueron su signo, y siguen siendo un regalo precioso para cada uno de nosotros", afirmó. Mons. Malfa: "Pasó haciendo el bien" Monseñor Malfa agradeció en nombre de la CEA el homenaje al cardenal Pironio, sobre quien aseguró "pasó haciendo el bien" a tantísimas personas, comunidades e instituciones. El prelado desarrolló en su exposición tres aspectos de la vida del Siervo de Dios, de quien fue su secretario en el obispado de Mar del Plata: la espiritualidad, el fundamento pascual de esa espiritualidad, y su figura como testigo y profeta en tiempos de Pablo VI y Juan Pablo II. "Hombre del Espíritu, profundamente humano y todo de Dios. Nadie que se encontrara con el cardenal Pironio podía dejar de percibir la serena irradiación de su presencia, de llevarse algo de Dios", afirmó. Asimismo, consideró que el cardenal Pironio "vivió una gracia especial de convicción, comprensión y anonadamiento ante el misterio pascual" y recordó la influencia que ejercía el purpurado argentino, al punto que el hoy beato y futuro santo Oscar Arnulfo Romero lo citó tres veces en su primera homilía como arzobispo de San Salvador. "El itinerario espiritual del cardenal Pironio nos muestra a un contemplativo con los pies en la tierra, ?con un oído en el Evangelio y otro en el pueblo? como decía monseñor (Enrique) Angelelli, y Pironio recodaba muchas veces", sostuvo. Monseñor Malfa dio gracias a Dios por el paso del cardenal Pironio en la Iglesia, al asegurar que "de él se ha valido el Espíritu para abrir los caminos de la alegría del Evangelio, de la esperanza, de la opción por los pobres, y de santidad que hoy vive la Iglesia de la mano del papa Francisco". » Texto completo de la exposición El cardenal Pironio Eduardo Pironio nació en 1920 en Nueve de Julio en el seno de una familia de inmigrantes italianos de la región del Friuli (nordeste de Italia). Fue el último de 22 hijos. Se ordenó a los 23 años en Luján, donde sus restos hoy descansan por su voluntad, y tuvo una vida marcada por una fase "latinoamericana" y otra "romana", como señaló el historiador de la Comunidad de San Egidio, Gianni La Bella. Después de pasar por Mercedes y por el seminario de Villa Devoto de Buenos Aires, donde fue rector, fue obispo auxiliar de La Plata, luego obispo de Mar del Plata y tuvo diversos cargos en el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), del que fue presidente. Fue llamado a Roma por Pablo VI en 1974 para ser prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada. Dos años más tarde, lo creó cardenal. Hoy descansa en la basílica de Nuestra Señora de Luján, "ha coronado su sueño de querer estar siempre junto a la Virgen María en el corazón del santuario más querido por los argentinos". "A Ella debo todo", escribe en su testamento. "La fecundidad de mi palabra la debo a Ella". Y miraba a la Virgen también cuando cumplió su servicio a la Iglesia en la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, recuerda el Secretario de Estado Vaticano. "Siempre fue un verdadero padre y amigo para tantos consagrados y consagradas que en él encontraron un insustituible apoyo".+