Mons. Buenanueva convocó a vivir intensamente el Año Misionero Diocesano

  • 11 de marzo, 2019
  • San Francisco (Córdoba)
El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, acudió al santuario de la "Virgencita", en la localidad cordobesa de Villa de la Concepción del Tío, donde presentó e inauguró formalmente el Año Misionero Diocesano con el lema "Con vos, María, misioneros del Evangelio". El prelado también difundió una carta pastoral con las orientaciones para transitar "intensamente y en comunidad este nuevo ciclo.
Con el lema "Con vos, María, misioneros del Evangelio", el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, invitó a la comunidad diocesana a vivir el Año Misionero Diocesano 2019. El prelado inauguró formalmente el Año Misionero Diocesano con una celebración en el santuario de la "Virgencita", de la localidad cordobesa de Villa de la Concepción del Tío. En tanto, en una carta pastoral, monseñor Buenanueva ofreció las orientaciones para transitar "intensamente y en comunidad" este nuevo ciclo, que se desarrolla luego del Año Mariano Diocesano, según el Plan de Pastoral de esta jurisdicción eclesiástica. [img]http://www.aica.org/subidas/5331.jpg[/img] Del Año Mariano al Año Misionero Al convocar el Año Mariano, el obispo invitó a los fieles a sentirse visitados por María. "¿Ha sido esa nuestra experiencia?", se pregunta ahora: "Hemos vivido momentos muy intensos: celebraciones compartidas, las peregrinaciones al Santuario de la Virgencita o a otros templos marianos, jornadas, retiros, la Semana Mariana. María ha pasado, una vez más, por nuestras vidas, reavivando la fe en Jesús, la pertenencia a su Iglesia y el deseo de vivir según el Evangelio. Los humildes, los mansos y los pobres han sido los más sabios para reconocer su presencia materna. Es bueno que también podamos preguntarnos por las gracias que el Señor nos ha hecho, sea como personas, como comunidad y también como Iglesia diocesana", recordó. En ese sentido, compartió algo de su propia experiencia durante el Año Mariano: "Me ha tocado estar presente en muchos de esos momentos evocados. Varias veces visité el Santuario. Pude ver también el paso de las réplicas de la Virgencita por varias comunidades cristianas. Si tuviera que recoger y expresar lo vivido, lo haría con una palabra: alegría", aseguró. "Siempre me ha llamado la atención que la Iglesia, al concluir una jornada de trabajo, nos invita a cantar con María: ?Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque Él miró con bondad la pequeñez de su servidora?. Una jovencita embarazada y feliz, cantando y alabando al Señor. Si María tuviera Facebook o Instagram, esa sería -así lo imagino- la foto de su perfil. No en vano, la invocamos: ?causa de nuestra alegría?", consideró. "En todo caso, esa es la mejor imagen de una Iglesia misionera ?en salida?. La misión no es un programa de publicidad para posicionarse en el mercado y vender un producto. Es alegría que no se puede contener, porque Dios nos ha tratado con misericordia, lo hemos podido reconocer y experimentar en nuestra propia vida. Hay que salir a contar lo vivido. Hacer fiesta, ponerle palabras al don recibido e invitar a otros a compartirlo. Contar y cantar: ¡hermoso programa!", exclamó. Por eso afirmó que "pasar del Año Mariano al Año Misionero es un paso lógico que damos como Iglesia diocesana". Con vos, María, misioneros del Evangelio "Por eso, el lema de este Año Misionero Diocesano ha querido recoger esta experiencia: "Con vos, María, misioneros del Evangelio", explicó el obispo. "Nos hemos propuesto este ambicioso objetivo: Promover la conciencia misionera que surge del bautismo-confirmación a fin de revitalizar una Iglesia diocesana en Misión según el modelo mariano de la Visitación y de los Hechos de los Apóstoles". Brevemente, monseñor Buenanueva comentó la propuesta: En primer lugar, Conciencia misionera: "Dicho de manera sencilla suena así: date cuenta de que ya está en vos el fuego de la misión. Este año es para ver más claro que hemos recibido este don del Dios Amor que es también un Dios misionero. El Padre envió al Hijo; Padre e Hijo soplaron el Espíritu Santo. Se trata entonces de descubrir un don que te habita, no algo que te viene desde fuera como impuesto. Otra imagen: reavivar un fuego que ya está encendido. Cada comunidad cristiana tiene esa misión. Como me gusta decir cuando inicio una visita pastoral: ?El obispo ha venido para echar leña al fuego?", sintetizó. En segundo lugar, explicó: "Bautismo-Confirmación. Dos sacramentos que, en cierto modo, son uno solo: el gran don del Dios Misionero que nos sumerge en su vida de amor compartido y nos alienta con su Espíritu para que encendamos el mundo con su mismo fuego de amor. En estos años hemos dedicado un gran esfuerzo para revisar la Iniciación Cristiana que ofrecen nuestras comunidades. Junto con la Eucaristía, que es su culmen, estos dos sacramentos son precisamente los sacramentos que ponen los fundamentos de nuestra identidad como discípulos misioneros de Jesús. ¿Qué podemos hacer a lo largo de este Año para redescubrir toda la potencia misionera que encierran?", planteó. Luego, Iglesia diocesana en Misión: "Los sacramentos edifican la Iglesia como comunidad viva y misionera. ¿Estamos conformes con el dinamismo misionero de nuestra diócesis, del obispo, de los pastores y agentes de evangelización? Sería injusto si respondiéramos con una negativa rotunda. Yendo de aquí para allá, podemos observar con alegría cómo la anhelada ?conversión misionera? está tomando fuerza en muchos corazones e iniciativas pastorales. ¿Cómo podemos potenciar el ardor evangelizador de nuestra Iglesia y su conversión pastoral? ¿Qué pasos de conversión tenemos que dar para crecer como Iglesia en salida? Este año, el Santo Padre nos ha convocado a vivir un octubre misionero especial. Vamos a vivirlo intensamente en nuestra diócesis", invitó. En cuanto a la Visitación, animó: "Sigámonos inspirando en María. Como ya señalé, el relato evangélico de la Visitación es el mejor tratado de misionología. Volvamos a él, sobre todo, cuando sintamos alguna forma de cansancio o, peor aún, cuando observemos que la misión ya no es la primera preocupación de nuestra vida. El anuncio del Evangelio que despierta la fe en Jesús es la primera prioridad y el desafío fundamental de la Iglesia. Jesús fue enviado a los pobres; María fue corriendo a socorrer a Isabel en su vulnerabilidad, ¿cómo vivimos nosotros la opción de Jesús por los más pobres, débiles y sufrientes?", preguntó. Finalmente, monseñor Buenanueva consideró que el lema: "Con vos, María, misioneros del Evangelio", recoge todo esto. "María camina con nosotros. La misión no es una aventura individual ni una tarea para especialistas. Es la forma de vida normal de un bautizado y de una comunidad cristiana. Lo han vivido así los santos: Francisco de Asís, Brochero, Mamá Antula, Angelelli y tantos otros. Cada domingo, la Eucaristía nos nutre y nos envía con el Espíritu de Jesús. No estamos solos en este camino".+ » Texto completo de la carta pastoral