Maxi Larghi: El Señor hacia el Top 10 de Spotify

  • 15 de febrero, 2019
  • Buenos Aires (AICA)
El cantautor cordobés Maxi Larghi conversó con AICA sobre sus nuevos proyectos para 2019 y compartió, además, un poco de su historia y sus comienzos como músico católico. "Existe algo espiritual cuando le cantamos a Jesús: el Señor se hace más presente en las personas cuando cantan, que cuando escuchan un recital".
El cantautor cordobés Maxi Larghi conversó con AICA sobre sus nuevos proyectos, el disco "Llena este lugar" y sus impresiones sobre la música católica en el siglo XXI. Además, hizo un breve repaso de su historia personal y musical, confesando que su vocación en la vida es evangelizar a través de la música. ¿De qué se trata el nuevo disco "Llena este lugar"? Estamos trabajando hace más de un año un nuevo formato de música. "Llena este lugar" es la primera canción y la idea es sacar material nuevo cada dos meses. Será un disco "en cuotas". Se trata de música "de alabanza", canciones que le hablan a Jesús, e implican ponerse en un papel activo frente al Señor. El pueblo le canta a Dios y Dios se sienta en las butacas a escucharlo. Esto proviene de un llamado personal que me hizo Dios, para que las personas no se sienten a escucharme a mí, sino que nos pongamos en un plano de igualdad a cantarle al Señor. ¿Te consideras un influencer de Dios? ¿Cómo sentís la ida y vuelta con el público a través de las redes sociales? Estamos viviendo la cultura millenial, centenial, una cultura muy interactiva. El adolescente busca tener una posición activa frente a los medios. En lo personal, siempre me costó la relación con la tecnología y muchas veces veo como un trabajo tener que interactuar en las redes sociales. Pero entiendo que es un lugar donde "hay que echar redes en las redes". Son una herramienta en la que hay que ser auténtico y coherente, mostrarse uno como lo que es. Me encantó cuando el Papa habló de María como influencer de Dios porque hay muchos lugares a donde la Iglesia no llega, pero María sí. Y las redes te dan la posibilidad de llegar a personas que no vienen a misa y que están alejados, pero pueden escuchar una canción o ver una imagen que les hable de Dios. El Señor es nuestro mejor producto para mostrar, hoy no está entre los 10 mejores de Spotify, pero tenemos que caminar hacia eso. Contanos sobre tus comienzos en la música? Me recibí de abogado, en Córdoba, pero mi hobbie desde los 13 años fue el canto y la guitarra. En mi casa siempre hubo mucha música, y a mi mamá le gustaba la poesía. Ella me transmitió ese don. Mi primera experiencia musical fue en la adolescencia, en Villa Dolores, cuando participé de un festival donde se presentaban obras originales, y escribí mis primeras canciones. A los 16 conocí a Jesús en un retiro de impacto y, al poco tiempo, empecé a escribirle canciones a Jesús y a María. Desde Silvio Rodríguez, pasando por Joan Manuel Serrat y Los Beatles, descubrí que todos le cantaban a lo que creen. Tiempo después, al armar el programa de un recital, me di cuenta de que tenía que cantarle a Dios. De a poco, en Córdoba comenzaron a conocerse mis canciones en algunas iglesias, y se escuchaban en los coros, sin que nadie supiese que eran mías. [img]http://www.aica.org/subidas/5221.jpg[/img] ¿Cómo surge la idea de compartir la música que le escribías a Dios? En mis tiempos de estudio, tuve muchas idas y vueltas, vaivenes en los que me alejé del Señor. Un amigo me animó a que empiece a mostrar mis canciones. Comencé un ciclo que se llamó "Maxi Larghi entre amigos", que hacíamos en boliches. Entre canciones populares, filtraba algunas a Dios: "Sal y Luz" y "Se llama María". Un día fui a cantar a mi pueblo, Villa Dolores, y acudieron solo 8 personas, contando a mis padres y amigos. Ese show me marcó porque me di cuenta de que el éxito iba por otro lado y que había cosas que no dependían de mí. Al día siguiente, fui a hablar con mi director espiritual y comencé un discernimiento para descubrir mi vocación de evangelizar a través de la música. En febrero de 2013 llegué a Buenos Aires sin nada. Estuve "de prestado" en varias casas, fue un tiempo muy valioso de experimentar la providencia de Dios. Tiempo después empecé a trabajar en el Colegio Marín, de San Isidro, en el área de pastoral. Y en paralelo empecé a cantar y difundir mi música. ¿Cómo influyó esta tarea de la música en tu vida espiritual? Dios ha ido ganando batallas en mi vida. Y ha sido hermoso dejarme llevar de ese modo y decirle que sí a Dios. Estoy muy agradecido de dedicarme a esto, pero también es algo muy luchado. Muchas veces estoy cantando y estoy flaco espiritualmente, o pasando por un momento de aridez. Pero la misa, la oración, las obras de caridad y el rosario, nuestros alimentos como católicos, son los que me mantiene firme. ¿Sentís que la Iglesia promueve y acompaña a los músicos católicos? Mientras hay gente que se desvive por ayudarte, hay mucha otra que no. Creo que aún no se ha descubierto el valor bíblico espiritual de la música. Y de la música de alabanza. Muchas veces la música ocupa un rol funcional en las celebraciones. Pero existe algo espiritual que se da cuando le cantamos a Jesús. En los recitales percibo que el Señor se hace más presente en las personas cuando cantan, que cuando me escuchan. Creo que se viene una nueva generación de músicos católicos. El Señor está armando algo maravilloso. Acaba de ganar por primera vez un Grammy un grupo católico, Alfareros. Pero la Iglesia sigue siendo un gigante dormido en este tema. Tenemos que trabajar mucho con este semillero, para poder acompañarlos. El papa Francisco dice que tenemos que cantar apasionadamente a Dios, con la pasión del fútbol. Hace poco, en un encuentro de coros, dijo que el objetivo de los coros es que la gente cante, no que sea un espectáculo; y alentó adaptar a la música católica a los estilos musicales actuales. Se pueden hacer cosas bellísimas sin perder el objetivo: que la gente tome un rol protagónico. Para conocer más sobre Maxi Larghi, visitá su página web, seguílo en sus redes sociales, Instagram, Facebooky Twitter , o escúchalo por Spotify y YouTube.+