Mons. Sánchez animó a vivir en perfecta comunión con Dios

  • 20 de mayo, 2020
  • San Miguel de Tucumán (AICA)
El arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Alberto Sánchez, presidió el 17 de mayo la misa del 6° Domingo de Pascua.

El arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Alberto Sánchez, presidió el 17 de mayo la misa del 6° Domingo de Pascua. En su homilía, señaló que ya estamos a las puertas de la fiesta de la Ascensión, y en 15 días concluye el tiempo pascual con la fiesta de Pentecostés. La Liturgia, señaló, “nos va preparando para ese momento”.

En ese sentido, destacó los discursos de despedida de Jesús, “cuando en la última cena le va anticipando a los discípulos su propia realidad: Que tiene que partir, que va a venir el Espíritu Santo, que él va a permanecer entre nosotros de una forma distinta, nos van disponiendo el corazón”.

El prelado destacó las palabras de Jesús: “No los voy a dejar huérfanos, confíen en mí, vivan en el amor, mi Padre me ama y yo también los he amado a ustedes, y ustedes van a permanecer unidos a mí por el amor”.

“Jesús les revela a los discípulos, nos revela a cada uno de nosotros ese misterio maravilloso del Dios en el que nosotros creemos, que es un misterio de comunión: el Padre, el Hijo y el Espíritu de este Dios que es amor, y porque es amor y nos ama, se expande ese amor creándonos a su imagen y semejanza, y haciéndolos capaces de amar”.

“Dios habita en nosotros desde el día de nuestro bautismo, Él quiere habitar en nosotros y nos hace esta propuesta de amor: el amor no se impone, se propone y nosotros le respondemos con amor, con fe. Por eso Jesús nos dice: ‘Si ustedes me aman van a cumplir mis mandamientos; si ustedes me aman el espíritu va a venir a ustedes; si ustedes me aman mi padre lo amará y habitaremos en ese corazón dispuesto”, recordó.

“Queridos hermanos: qué linda la palabra del Señor de hoy, cuánto nos anima, cuánto nos entusiasma, cuánto nos enciende el corazón no sin dificultades en este tiempo especial que nos está tocando vivir. Qué importante que vivamos esa perfecta comunión con Dios. En la oración, en la intimidad con Él, Él está presente en lo profundo de nuestro interior, de nuestro corazón”, aseguró.

“Caminemos alegres en la esperanza, a pesar de las dificultades, a pesar del mundo que nos está tocando vivir en esta pandemia, de estas situaciones tristes y dolorosas. Qué importante que no nos dejemos robar ni la alegría de la esperanza, ni la fe. Que estas circunstancias nos ayuden a crecer en la fe, a madurar en la esperanza y hacer efectiva nuestra caridad en el amor”, animó.+