Mons. Mestre: "El Espíritu de la verdad sale a nuestro encuentro"

  • 20 de mayo, 2020
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
"El Espíritu de la verdad sale a nuestro encuentro para que podamos asumir con serenidad la realidad de nuestra vida en sus aspectos más luminosos como también en los más sombríos".

En su homilía para el sexto domingo de Pascua, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, utilizó tres frases a la luz del Evangelio: “Esperar otro paráclito”, “Recibir el Espíritu de la verdad” y “Dar razón de nuestra esperanza en tiempos de crisis”.

Esperar otro paráclito
El Evangelio según San Juan habla “del regalo del Padre de otro paráclito”. El primero es Jesús que, al prepararse para su ascensión el próximo domingo, garantiza a sus discípulos la venida del Espíritu Santo, “que es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad”. Pero, ¿qué significa la palabra paráclito? Monseñor Mestre explicó que es “el que consuela”, aunque la expresión “es mucho más rica, profunda y amplia”. “El que alienta, defiende, acompaña, está al lado, auxilia, intercede, exhorta, advierte… ¡Cuánta riqueza para redescubrir, en esta etapa final del Tiempo Pascual, quién es realmente Dios Espíritu Santo!”

Recibir el Espíritu de la verdad
En el segundo punto, el obispo marplatense se detuvo en la palabra “verdad” para describir un “matiz importante que no se puede pasar por alto”. La palabra verdad se profundiza en el texto “desde una perspectiva existencial como lo contrario a asumir la propia realidad”, es decir, “no dejarse imbuir por el Espíritu de la verdad nos sumerge en un mundo de falsa ilusión, fantasía superficial, en la tentación de construir castillos en el aire”, aseguró monseñor Mestre. “El Espíritu de la verdad sale a nuestro encuentro para que podamos asumir con serenidad la realidad de nuestra vida en sus aspectos más luminosos como también en los más sombríos”.

Dar razón de nuestra esperanza en tiempos de crisis
Tomando la segunda lectura, el obispo de Mar del Plata afirmó que “somos de Cristo, a Él pertenecemos, Él es el sentido último de nuestra vida, a Él lo anunciamos y por los valores de su Evangelio nos jugamos”. “Esa es nuestra vocación, nuestra identidad y nuestra misión. El contenido de nuestra fe y la forma como la presentamos es fundamental en el servicio evangelizador”, continuó. En este sentido, el prelado destacó la importancia de “dar razón de nuestra esperanza”, especialmente en el tiempo que atravesamos “implica vivir y defender nuestra fe con suavidad, respeto, tranquilidad de conciencia y siempre prefiriendo hacer el bien y no el mal”. +