Mons. Maletti: En cuarentena, "busquemos la conversión de nuestros corazones"

  • 30 de junio, 2020
  • Merlo (Buenos Aires) (AICA)
Al cumplirse 100 días de aislamiento social preventivo y obligatorio, el obispo de Merlo-Moreno, monseñor Fernando Carlos Maletti, envió un mensaje a la comunidad.

El obispo de Merlo-Moreno, monseñor Fernando Carlos Maletti, se dirigió a la comunidad con un mensaje esperanzador al cumplirse 100 días de cuarentena.

“Más allá de las estadísticas y la frialdad de los números, la pandemia nos ha sacudido y nos ha puesto delante de nuestra fragilidad, vulnerabilidad y finitud”, reconoció el prelado. “Es un periodo de dolor, sufrimiento, aislamiento y soledad necesarios, nos van a hacer bien, pero al mismo tiempo duros, sacrificados”, admitió.

“Cuando como humanidad creíamos que nada nos podría detener, ya desde hace más de tres meses este enemigo invisible llegó para darnos un baño de realidad”, consideró y recalcó: “La pandemia nos golpea a todos, pero especialmente a los más desprotegidos y olvidados, la gente más frágil a la que debemos cuidar de un modo particular en esta Iglesia, aquí en el conurbano bonaerense”. 

“Es allí donde surge el peligro al que nos hace referencia el papa Francisco en una de sus homilías pascuales. ‘El riesgo es que nos golpee un virus todavía peor, el del egoísmo indiferente, que se transmite al pensar que la vida mejora si me va mejor a mí’, dice el Papa.

En ese sentido, advirtió sobre “ser parte de esa idea y seguir hasta llegar a seleccionar las personas, descartando a los pobres e inmolando en el altar del progreso al que se queda atrás”, alertó. “Pero esta pandemia nos recuerda que no hay diferencias ni fronteras entre los que sufren: todos somos frágiles, iguales y valiosos, decía el Papa en abril de 2020”.

“El confinamiento ya lleva 100 días y los primeros días y semanas no son iguales a los que estamos viviendo hoy”, destacó. “Entendemos que hay cambios que se están dando en el interior de cada uno y en relación con Dios, con los demás y con la naturaleza. Esto es una manera de poner en orden nuestra interioridad, nuestras prioridades y en consecuencia nuestro entorno”.

“Estamos en una etapa de profundo dolor, de inmensa incertidumbre acerca de lo que vendrá. Sin embargo, se respiran aires de esperanza: los cambios que se produzcan puertas adentro van a revitalizar y van a regenerar nuestros modos de abrazar a la humanidad”, aseguró. “Seamos cuidadores de la Casa Común y generemos un nuevo estilo social más fraterno”, animó.

“Que Dios los bendiga en estos días en que continuamos nuestros cuidados porque es por el bien de todos, y al mismo tiempo busquemos, como nos pide el Papa, la conversión de nuestros corazones”, concluyó.+