Centenario de la pontificia aureolización de la imagen de San Nicolás de Bari

  • 30 de junio, 2020
  • La Rioja (AICA)
El obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida, llamó a ser "hospital de campaña" para recibir a todos los heridos, al presidir el centenario de la aureolización de la imagen de San Nicolás de Bari.

La comunidad diocesana celebró el centenario de la aureolización de la imagen de San Nicolás de Bari, en el marco del cuarto día de la novena preparatoria para las festividades de invierno en honor del patrono que llevan por lema “Cristo Vivo, Corona de los Santos”.

La celebración central  fue presidida por el obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida y concelebraron sacerdotes diocesanos. Estuvieron presentes el gobernador provincial Ricardo Quintela y la vicegobernadora Florencia López. También la intendenta del departamento Capital, Inés Brizuela; concejales y miembros del gabinete municipal, entre otras autoridades. 

La pontificia aureolización de la imagen de San Nicolás es un hecho que aconteció en 1920, por un pedido del monseñor Abel Bazán y Bustos, vicario foráneo de La Rioja, al papa Pío X, en reconocimiento a la fe y devoción que el pueblo riojano demostraba a la imagen milagrosa.

La santa misa, que contó con la presencia de numerosos fieles que se acercaron a vivir la celebración de las Eucaristía conprofundo fervopr y devoción al patrono san Nicolás, respetando el distanciamiento social, fue transmitida por la señal de Canal 9 y FM La Torre, en el contexto de pandemia del coronavirus.

Monseñor Braida pidió la especial intercesión de San Nicolás de Bari ante la aflicción por el dolor de los enfermos y las necesidades manifestadas ante la pandemia por el Covid-19, especialmente por el rebrote de la enfermedad en la provincia.

En la homilía, el prelado recordó que San Nicolás se alimentó del Evangelio y lo testimonió en “las persecuciones que sufrió, en la búsqueda de la unidad en la Iglesia, en la misión de llevar su Evangelio a todos, en el interceder y ayudar a los necesitados durante su vida y también luego de su muerte, ya que son numerosos los ejemplos o milagros que se atestiguan”.

“Con toda firmeza tenemos que decir que la mejor aureola de un santo es que sus devotos conozcan y sigan fielmente a Jesucristo y testimonien en su vida cotidiana su inmenso amor por todo lo creado, pero especialmente por cada persona que habita junto a nosotros y en este mundo. Y cuanto más pequeña y frágil sea esa vida más tiene que ser objeto de nuestro amor”, aseguró.

El obispo riojano también invitó a la feligresía a hacerse eco y promotora de valores, a fin de que cada ciudadano lo asuma con responsabilidad y compromiso social, buscando cada día el bienestar de todos los civiles.

“Hoy Pedro es el papa Francisco que nos invita a trabajar por la unidad en la Iglesia y en el mundo y porque el Evangelio sea conocido y seguido por todos como fuente de vida, de justicia, verdad y amor”, sostuvo.

“El centenario de la aureolización es un acontecimiento donde el pueblo riojano y la Iglesia toda está llamada a vivir dicha propuesta evangelizadora la cual es clara, alentadora y comprometida: Una Iglesia que sea ‘hospital de campaña’ para recibir a todos los que hoy están heridos por distintos motivos. Una Iglesia donde cada uno encuentra su lugar y vive su misión con alegría, respondiendo juntos al envío de Jesús ‘Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos’”, sintetizó parafraseando al pontífice.

Monseñor Braida también instó a trabajar en unidad en este tiempo de cuarentena, asumiendo todos la responsabilidad y el compromiso social para cuidar unos de otros, asumiendo nuevas normativas, y buscando consensos.

“Trabajar por la unidad siempre implica un despojo de sí mismo para poder escuchar y comprender el lugar del otro. Para encontrar respuestas superadoras a los problemas. Requiere que juntos busquemos el bien común, el bien de todo el pueblo. Y que juntos demos lo mejor de nosotros, y más aún de lo que podemos, para lograr estos objetivos. Esto es para todos, pero se tiene que ver de un modo más claro y patente en quienes tenemos una responsabilidad como autoridad o como dirigentes sociales”, expresó.

Por último, monseñor Braida pidió la intersección de San Nicolás, los mártires riojanos y la Virgen del Valle para que “nos animen a recorrer el camino de santidad para el cual Dios nos ha creado. Nuestro Buen Dios nos bendiga abundantemente”.

Luego de la comunión, se vivió el momento central de la solemne festividad donde la comunidad riojana rememoró la pontificia aureolización de la imagen de San Nicolás de Bari ocurrida en 1920.

Monseñor Braida, bendijo la aureola, con profundo silencio la presento al pueblo riojano, y se dirigió hacia la imagen de San Nicolás para coronarla nuevamente. Mientras se entonaba el himno al santo.+