Mons. Braida exhortó a asumir el legado de los mártires riojanos en este tiempo difícil

  • 18 de julio, 2020
  • La Rioja (AICA)
El obispo de La Rioja animó a asumir un mayor compromiso y participar en la sociedad por el bien de los más postergados, como lo hicieron los beatos Angelelli, Murias, Longueville y Pedernera.

El obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida, presidió la misa por la memoria litúrgica de los beatos mártires riojanos que fue transmitida a través de Canal 9, FM La Torre, y las redes sociales diocesanas, a raíz de la pandemia del coronavirus.

“Es un tiempo inesperado, inédito y que nos alienta a asumir un mayor compromiso. Por eso es providencial celebrar hoy a los cuatro beatos y recibir de ellos su luz, su palabra, su aliento. Ellos supieron asumir los grandes desafíos de su época enfrentando los problemas, generando nuevas propuestas pastorales y sociales, alentando al compromiso con todas las realidades. Y lo hicieron hasta entregar la propia vida siguiendo el camino Evangelio”, recordó.

El prelado afirmó que la actitud propia de un verdadero creyente es “aceptar la realidad tal como es, leer en ella los signos de los tiempos y asumir un decidido compromiso para modificar lo que es injusto”, tal como lo enseña el beato Enrique Angelelli: “Ayudemos a que todos los esfuerzos sanos, honestos, rectos y desinteresados para solucionar los problemas de nuestro pueblo, sirvan para ir construyendo una sociedad según el Plan de Dios”.

“No es un tiempo fácil, todos hemos tenido que parar, adaptarnos a cambios. A su vez, en medio de una nueva situación, con las nuevas dificultades también afloran problemas más profundos. Las actividades pastorales se ven resentidas: la catequesis, por ejemplo, la visita a misionera a los hogares, el no poder celebrar bautismos o participar de modo presencial de la Eucaristía. Cuesta no estar cerca de los seres queridos, mucho más si son personas mayores. Cuesta llevar adelante los estudios en una nueva modalidad”, puntualizó.

“No poder trabajar es un drama para quien vive al día o para quien tiene responsabilidades con personal a cargo. Nos afecta la angustia por el encierro, el no poder practicar deportes o participar de espacios de recreación. Y duele la situación de pobreza de tantos hermanos”, agregó, y subrayó: “Estos son algunos de los grandes desafíos de este tiempo que necesitan ser escuchados y atendidos. Porque detrás de cada uno hay rostros, familias, niños, ancianos, etc.”

Monseñor Braida hizo hincapié en los conceptos “participación” y “compromisos” tomando como ejemplo el testimonio de los cuatro mártires riojanos: Enrique Angelelli, Carlos de Dios Murias, Gabriel Longueville, y Wenceslao Pedernera.

Tras invitar a participar como Iglesia de las instituciones que integran la sociedad, subrayó: “Para que una sociedad crezca tiene que existir participación en cada institución y mucho diálogo entre ellas en busca del bien común, del bien de toda la comunidad, especialmente de los más postergados. En estos tiempos críticos el diálogo interinstitucional en búsqueda de acuerdos y soluciones es más que nunca indispensable”.

“Porque si es verdad que, como dice Francisco: ‘Todos estamos en la misma barca y nadie se salva solo’, también es verdad que en la barca tenemos distintos roles y todos son necesarios e importantes y requieren ser valorados”, precisó.

El obispo riojano advirtió que “también hoy en la barca hay quienes padecen más que otros esta realidad pandémica. Por tanto en la atención y promoción de los más postergados tiene que expresarse la vocación de trabajar por la paz que incluye el trabajo por una sociedad más justa y equitativa”.

Asimismo, detalló el modo en que cada uno de los cuatro beatos riojanos encarnaba ese modo de participar y sostuvo que ellos ellos fundaron su esperanza en Cristo y “en este Dios que se hizo hombre para obrar nuestra salvación”.

“Con la fuerza de la gracia de Dios, con el aliento que nos da el caminar juntos y con la compañía cercana de nuestros mártires y de la Virgen del Valle, asumamos con renovada esperanza este tiempo. Que la entrega de los mártires hasta dar la vida encienda en cada uno el fuego del compromiso generoso para que el Reino de Paz y Justicia que Jesús vino a fundar sea una realidad entre nosotros y nos conduzca a la plenitud de vida donde ya están gozando ellos”, concluyó.+