La farmacia del Vaticano reabrió sus puertas renovada

  • 5 de agosto, 2020
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Robots y teléfonos inteligentes son algunas de las novedades de la Farmacia Vaticana al reabrir sus puertas

Después de una renovación de siete meses, la farmacia del Vaticano reabrió sus puertas el 3 de agosto. Las ventanas y mostradores, así como los pisos, techos e iluminación de la habitación del cliente han sido renovados, informó el diario vaticano L'Osservatore Romano.

La farmacia, fundada en 1874, se ha convertido en uno de los lugares más modernos del Vaticano, y es utilizada tanto por sus residentes como por extraños. Las recetas electrónicas también se aceptan allí. Al usar un teléfono móvil, puede leer toda la información sobre cualquier medicamento u otro artículo, incluidos los cosméticos.

Se sustituyeron los pisos, el techo y la iluminación y se instalaron cuatro toboganes más para la distribución de medicamentos a través de los robots Bd Rowa. 

De esta manera se alcanzó el número de seis puertas automáticas, desde las cuales los tres robots hacen llegar los productos al farmacéutico solicitante en sólo ocho segundos, según explicó el director de la Farmacia Vaticana, el religioso de la Orden de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios, el hermano Binish Thomas Mulackal.

Y ésta es sólo una de las muchas innovaciones introducidas con los recientes trabajos de renovación. En particular, además de la automatización de las ventas, también se ha activado el “smartticket”. Es un indicador completo de todo lo relacionado con el producto: sólo hay que enmarcarlo y con un simple clic del teléfono móvil se pueden ver todos los detalles. 

También se instalaron vitrinas virtuales con pantallas conectadas a la computadora para poder ver los medicamentos y suplementos y tener más espacio detrás del mostrador de ventas. También se eliminaron las tradicionales cajoneras para los medicamentos a fin de disponer de mayor espacio.

Instalaciones eco-sostenibles
Los trabajos, que se llevaron a cabo con miras a una gestión ecológicamente compatible, era necesaria para poner los sistemas técnicos al nivel de la norma y permitir la optimización de los espacios. En primer lugar, por lo tanto, la Farmacia Vaticana ofrece un ambiente más acogedor para el visitante y permite al farmacéutico proporcionar un servicio eficaz. 

Se prestó mucha atención a la estética de los interiores y se hicieron esfuerzos para utilizar equipos, muebles, estanterías, pisos, instalaciones e iluminación ambientalmente sostenibles. En particular, la adopción de aparatos de bajo consumo no sólo ayudará a reducir la contaminación, sino que también permitirá un importante ahorro energético.

Sin olvidar que la misión de la Farmacia Vaticana es contribuir a la salud del cuerpo y dar esperanza a los que sufren, también a través de la disponibilidad a la escucha. En primera línea, de hecho, están los farmacéuticos que, con su profesionalidad, permiten un uso seguro, eficaz y racional de los productos. Esto asegura que el paciente individual reciba la medicina adecuada en el momento adecuado, junto con el consejo más apropiado.

La página web de la Farmacia Vaticana también ha sido renovada para asegurar la posibilidad de comprobar el estado de los productos pedidos aún pendientes. Otro elemento innovador es la adopción de un sistema de eliminación de colas en tiempo real. Ciertamente, la pandemia del COVID-19 ha acelerado la optimización de los espacios. Por otra parte, el Palacio del Belvedere en el que se encuentra, no era una estructura creada para albergarla, por lo que debido a la antigüedad del local, fue necesario intervenir.

Los espacios y el personal
En la actualidad, la Farmacia Vaticana ocupa una superficie total de mil metros cuadrados divididos en varias áreas, incluyendo una gran sala de ventas, almacenes subterráneos, oficinas y departamento de cosméticos. Se gestionan aproximadamente cuarenta mil referencias (medicamentos, para-fármacos, suplementos, productos de higiene y dermo-cosmética), que dan empleo a sesenta y cinco personas, además de los promotores de las empresas que colaboran en el departamento de cosmética. 

Este equipo de farmacéuticos, religiosos hospitalarios, almacenistas y personal administrativo, como una gran familia, se ocupa de la recepción y el servicio diario de las aproximadamente dos mil personas que entran, la mitad de las cuales vienen de fuera del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Esta no es la primera vez que la Farmacia Vaticana se renueva. Desde su fundación, se realizaron diversas intervenciones y organización de los locales. 

La última ampliación importante data de 1989, pero en los últimos tres años se renovaron también el depósito (2017-2018), las oficinas de administración y el departamento de cosméticos (2018-2019) y, por último, el lugar de ventas (2019-2020). +