Mons. Lozano: "El que no vive para servir, no sirve para vivir"

  • 9 de agosto, 2020
  • San Juan (AICA)
El arzobispo de San Juan de Cuyo destacó la figura de San Lorenzo, patrono de los diáconos, al recordar que ellos son servidores de la Palabra, la Eucaristía y los pobres.

El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, compartió un relato breve de la historia de Lorenzo y explicó por qué fue proclamado santo y patrono de los diáconos.

Lorenzo era diácono del papa san Sixto II. Durante la persecución impulsada por el emperador Valeriano, Sixto fue martirizado en el año 258. Lorenzo, viendo que el acoso contra los cristianos se profundizaba decidió distribuir todos los bienes, que no eran muchos (ofrendas en dinero, cálices, candelabros, etc.) entre los pobres. El alcalde de Roma, desconociendo esto, lo mandó llamar y le pidió le trajera los tesoros de la Iglesia, ante lo cual el diácono le pidió le diera tres días. En ese lapso Lorenzo fue visitando y congregando a los pobres, los lisiados, mendigos, huérfanos, ancianos, ciegos y leprosos. Con ellos se presentó ante el alcalde y le dijo: “¡Estos son los tesoros más apreciados de la Iglesia de Cristo!”. El enojo de las autoridades fue grande, y lo torturaron y martirizaron el 10 de agosto del año 258. 

El prelado precisó que la palabra “servidor” en griego se dice “diácono” y recordó que “desde los orígenes de la Iglesia, en las primeras comunidades cristianas, se buscaron ‘servidores’ (diáconos), a los que se convocó para una misión”.

“A lo largo de los siglos los diáconos fueron variando las formas de ejercer este ministerio, pero siempre manteniendo ese perfil de ser servidores. En tiempos de San Lorenzo se ocupaban de ayudar al obispo en la administración de los bienes económicos”, indicó, y puntualizó: los diáconos son servidores de la Palabra, la Eucaristía y los pobres.

El arzobispo detalló que sirven a la Palabra “por medio de la predicación, la misión y la catequesis, a fin de que pueda llegar al corazón de los fieles” y sirven a la Eucaristía “desarrollando su ministerio en la misa en vínculo con el altar” y “llevando la comunión a los enfermos y pueden presidir la celebración en ausencia del presbítero”.

“El servicio a los pobres es otro de los signos distintivos de su ministerio. Sabemos que en los más postergados y sufrientes está Jesús. Los diáconos están llamados a hacer lugar en el corazón primero a los últimos. Deben poner la mirada en la periferia para hacer presente allí el rostro de Cristo servidor”, sostuvo, y recordó la expresión de San Lorenzo: “¡Estos son los tesoros más apreciados de la Iglesia de Cristo!”

Monseñor Lozano adelantó que durante agosto y septiembre la arquidiócesis tendrá la gran alegría de contar con 6 nuevos diáconos en San Juan, a lo que consideró “un regalo de Dios”.

“Desde hace unas décadas se ha recuperado para la Iglesia la vocación del diaconado permanente. Son varones (la mayoría de ellos casados, otros solteros) que viven en sus casas con sus familias, tienen su propio trabajo, y ejercen su ministerio (servicio) en las comunidades parroquiales, capillas, y otros espacios diocesanos”, afirmó.

“Esta vocación nos cuestiona e interpela. La vida la podemos entender con la dinámica del encierro o del despliegue. Esto es, poniéndome ‘yo en el centro’ o buscando construir y afianzar vínculos de hermandad. Recemos por ellos y demos gracias a Dios”, pidió.+

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