Card. Poli: "María es nuestra madre en el orden de la gracia"

  • 15 de agosto, 2020
  • Buenos Aires (AICA)
"La Virgen de la Visitación es el ícono más auténtico de una Iglesia que espera anunciar la verdad y la belleza del Evangelio", expresó en la solemnidad de la Asunción de la Virgen el cardenal Poli.

En la solemnidad de la Asunción de la Virgen, el sábado 15 de agosto, el cardenal Mario Aurelio Poli , arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, presidió la Eucaristía en la catedral metropolitana. 

En su homilía, comenzó deseando a la comunidad un "muy feliz día de la Virgen", en la fiesta de la Asunción de la Virgen a los cielos, "la fiesta por antonomasia, la más grande de las fiestas", porque “cuando terminó la vida terrena de la Virgen -dijo-, Jesús se la quiso llevar al cielo”.

Citando el Evangelio de San Lucas, se refirió a “ese misterio hermoso en el que la sombra del Espíritu Santo cubrió a María y ella asintió con su fe y recibió en su seno al hijo de Dios”.

El cardenal Poli recordó cómo la Virgen, “ya ??embarazada, sin demora, se puso en camino para ir en búsqueda de su prima Isabel. Un largo camino, para ir a pie o montada en un burro en dos jornadas, seguramente, toda una peregrinación”. Y al encontrarse con su prima, “María tuvo que aprender que su relación con Jesús como discípula era tan importante como su relación como madre”. 

“La Virgen de la Visitación es el ícono más auténtico de una Iglesia que espera anunciar la verdad y la belleza del Evangelio”, exclamó el cardenal. Seguidamente, hizo una comparación con el Antiguo Testamento: “En ese viaje parece repetirse el itinerario que hizo el arca de la alianza rescatada por David a los filisteos, a través del territorio de Judá. Es el mismo camino que recorre la Virgen y hasta la exclamación de Isabel cuando la recibe, guarda notable coincidencia con los sentimientos de David”. 

"En el pasaje evangélico de hoy -firmó el purpurado porteño- hay muchas resonancias bíblicas: el encuentro de una joven virgen y una anciana estéril: María del Sol Naciente e Isabel del Profeta del Altísimo: Jesús y Juan el Bautista. Estos personajes trazan un puente y dan unidad al Antiguo y al Nuevo Testamento". 

“En aquel encuentro feliz, los beneficios de María y los dones de la presencia del Señor se manifestaron enseguida”, porque “María e Isabel proclaman la gracia, y los niños logran que sus madres se aprovechen de este don hasta tal punto que con un doble milagro ambas comienzan a profetizar por inspiración de sus propios hijos”. 

"María -dijo el cardenal-  es nuestra madre en el orden de la gracia. Tiene la misión de hacer crecer en la fe y en la caridad a los redimidos por su hijo Jesús. Lo hace a través de su maternidad espiritual y de sus palabras en las Bodas de Caná: Hagan todo lo que Él les diga”.

“La Virgen está en cuerpo y alma en el Cielo, es la primera resucitada. Este es el misterio que hoy celebramos. Está en el cielo y peregrina en la tierra”, expresó.

Haciendo referencia a la pandena de conavirus, animó a "mirar a María en el Cielo e invocarla en la tierra", y para sentir su presencia invitó a "desgranar los misterios del rosario". “La oración a la Virgen es poderosa porque llega al corazón de Cristo. Ella está intercediendo en el cielo con las palabras de las Bodas de Caná ”, recordó. “Que el Señor nos conceda, por medio de la santísima Virgen en su día, lo que esperamos”, concluyó. +