Piden cuidar la vida pero quieren matar a los niños por nacer

  • 17 de septiembre, 2020
  • La Plata (Buenos Aires) (AICA)
Mons. Aguer: Mientras el país vive una dura cuarentena "porque dicen que la vida importa más que la economía", la primera decisión del ministro de Salud fue un protocolo para matar a niños por nacer.

El arzobispo emérito de La Plata, monseñor Héctor Aguer, dedicó su reflexión televisiva semanal a hablar sobre la contradicción que existe entre pedir el cuidado de la vida amenazada por la pandemia del coronavirus, y al mismo tiempo potenciar la muerte de los niños por nacer mediante el protocolo para la llamada "Interrupción legal del embarazo" (ILE). Lo hizo en el programa Claves para un Mundo Mejor emitido el pasado sábado 12 de septiembre por el canal 9 de TV.

La primera decisión del ministro de Salud
"He hablado muchas veces sobre el tema del aborto -comenzó diciendo monseñor Aguer- y es lógico que lo haga, porque aquella intentona frustrada por el Senado Nacional en 2018, vuelve a aparecer como una posibilidad y últimamente hubo algo que indica que se están preparando proyectos para conseguir una ley general de aborto. Pero a lo que me quiero referir es a ese protocolo del Ministerio de Salud de la Nación (ILE)”.

“La primera decisión del actual Ministro de Salud de la Nación, en diciembre del año pasado -recordó el arzobispo emérito-, fue instrumentar un protocolo para el aborto al que tenían que adherir las provincias. Recientemente lo hizo -lamentablemente- la ciudad de Buenos Aires, mientras el país está sometido a una espantosa cuarentena bajo la idea -se dijo- de que una vida tiene importancia, que es más importante que la economía y demás, pero sin embargo no vacilan en liquidar vidas de niños por nacer. Insisto: vidas de niños por nacer”.

“En este protocolo -prosiguió el prelado- y en el proyecto de aborto no se piensa simplemente en el embrión sino que hasta pocos días antes del parto el niño puede ser despedazado y arrojado a un tacho de residuos biológicos. Este protocolo facilita el aborto irrestricto incluso en niñas menores de 13 años".

No se permite la objeción de conciencia
Además, agregó, "se ponen tantos requisitos e inconvenientes a la objeción de conciencia que es muy difícil ejercer la objeción de conciencia que es algo fundamental en la medicina. El ILE niega también la objeción de conciencia institucional, es decir, que un instituto médico que por sus principios, por ejemplo si es católico o evangélico o confesional, tiene la exclusión del aborto, debe conseguir alguien que lo haga. Eso es una cosa escandalosa, contraria a la Constitución Nacional y a los derechos y garantías asegurados por tratados internacionales. Esto es algo pavoroso de lo que tenemos que tomar conciencia porque se están violando los derechos más fundamentales, primero de los niños por nacer y también derechos de las mujeres que se encuentran en una situación difícil y son empujadas a abortar”.

Las mujeres pobres no quieren el aborto
Monseñor Aguer se refirió después a "esa especie de eslogan que die que son las mujeres pobres las que necesitan abortar". Ese eslogan, dijo el arzobispo, "es totalmente falso pues la reivindicación del aborto es un slogan de la burguesía. Observen lo que fueron las manifestaciones proabortistas y verán que allí no se encontraban mujeres pobres, de ninguna manera, allí se hallaban señoras, señoritas, chicas y algunas hasta de nuestros colegios católicos. ¿Sabrán lo que están haciendo, lo que están pidiendo? Estoy seguro que nunca han visto un aborto y no digo presencialmente pero hay videos. Cuando se hizo el debate en 2018, en una audiencia pública un médico intentó pasar un video que mostraba un aborto y cómo se mezclaban la sangre de la madre y el hijo pero no se lo permitieron, fue un escándalo y es porque no se quiere reconocer esa realidad terrible, tremenda”.

Espantosa contradicción
“Ahora estamos salvando vidas como dice continuamente el Presidente de la Nación a costa de la economía y estamos llevando vidas a la muerte por el aborto. Esta es una contradicción espantosa que solo puede darse porque faltan los criterios más razonables de humanidad. No se quiere asumir que es ante todo un tema científico. Díganme qué es eso que crece silenciosamente en el vientre de una mujer embarazada. ¿Qué es? ¿Una semilla de orangután o algún otro bicho? Es un ser humano y vemos que ya no se habla del embrión sino de fetos y de fetos avanzados en su evolución. Esto es un escándalo terrible y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no quiso vetar esta decisión de la Legislatura Porteña lo cual es otro escándalo más”.

“Por eso -concluyó monseñor Aguer- tomemos nota de todo esto: son gente sin principios la que nos está gobernando y está llevando al país a la ruina, no sólo a la ruina económica sino peor a la ruina cultural y humana”.+