Ángelus del Papa: Cómo ser buenos obreros en la viña del Señor

  • 4 de octubre, 2020
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El papa Francisco rezó el Ángelus el domingo 4 de octubre, en la fiesta de San Francisco de Asís, ante los fieles presentes en la Plaza San Pedro.

En la fiesta de San Francisco de Asís, el domingo 4 de octubre, el papa Francisco rezó el Ángelus en la Plaza San Pedro ante la presencia de cientos de fieles que se congregaron.

Tomando el texto evangélico del domingo, el Pontífice mencionó que este “es una advertencia a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo que están por emprender un camino errado. Tienen, en efecto, malas intenciones con Jesús y buscan la manera de eliminarlo”. 

En la parábola, el viñador debe ausentarse y “el propietario manda a otros siervos, más numerosos, que, sin embargo, reciben el mismo trato. El colmo llega cuando el propietario decide enviar a su hijo: los viñadores no le tienen ningún respeto, al contrario, piensan que eliminándolo podrán adueñarse de la viña, y así lo matan también”, indicó Francisco.

En este sentido, explicó: “La imagen de la viña representa al pueblo que el Señor ha elegido y formado con tanto cuidado; los siervos mandados por el propietario son los profetas, enviados por Dios, mientras que el hijo es una figura de Jesús. Y así como fueron rechazados los profetas, también Cristo fue rechazado y asesinado”.

Pero en el relato, Jesús pregunta a los jefes del pueblo: "Cuando venga el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?". Y ellos, llevados por la lógica del relato, pronuncian su propia condena: “El dueño castigará severamente a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo”.

El Papa mencionó que con esta parábola, “Jesús pone a sus interlocutores frente a su responsabilidad. También hoy Dios espera los frutos de su viña de aquellos que ha enviado a trabajar en ella”.

“Los que tienen autoridad en el pueblo de Dios pueden sentir la tentación de seguir su propio interés en lugar del de Dios. Pero la viña es del Señor, no nuestra. La autoridad es un servicio, y como tal debe ser ejercida, para el bien de todos y para la difusión del Evangelio”, señaló Francisco.

Finalmente, tomó la segunda lectura para mencionar que “San Pablo nos dice cómo ser buenos obreros en la viña del Señor: todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta”. Con la vivencia de todos estos valores “daremos gloria al Padre que nos ama con infinita ternura, al Hijo que sigue dándonos la salvación, al Espíritu que abre nuestros corazones y nos impulsa hacia la plenitud del bien”.

Al concluir, el Papa se dirigió la virgen María e invitó a los fieles a comprometerse con el rezo del rosario.+