Mons. Lozano llamó a los nuevos diáconos a "un servicio de entrega de la vida"

  • 8 de octubre, 2020
  • San Juan (AICA)
El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Lozano, ordenó diáconos camino al sacerdocio a Martín Nacusi y Miguel Chirino.

El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Lozano, presidió el 3 de octubre la ordenación diaconal de los seminaristas Martín Nacusi y Miguel Chirino.

La celebración tuvo lugar en la catedral San Juan Bautista, y fue concelebrada por miembros del clero local. Asistió a la misa un reducido número de fieles.

En su homilía, monseñor Lozano expresó: “Es una alegría poder compartir esta celebración largamente esperada, no tanto por estos meses desde el 25 de marzo, sino desde el momento en que fueron sintiendo en el corazón el llamado del Señor, y los caminos que han ido realizando para poder llegar a este día”.

El prelado reflexionó sobre el apacentar: “Si me amas, apacienta a mis ovejas”, recordó las palabras de Jesús a Pedro. “Y este llamado del Señor a Pedro es un llamado que también recibimos nosotros”, aseguró. Los diáconos, los sacerdotes, los obispos “somos pastores por ser amigos del Pastor, por eso lo primero que pide Jesús es el amor y después la tarea: Si me amas, apacienta”.

“Y una primera certeza, podríamos decir: Las ovejas no son mías, las ovejas son del pastor, y yo a paciente porque soy su amigo y porque he recibido este encargo”, señaló, “un encargo que es un servicio de entrega de la vida”.

Dirigiéndose a los nuevos diáconos, expresó: “Como signos de esta ordenación diaconal, ustedes dos dentro de un rato van a recibir la estola y se van a colocar por primera vez la estola como un signo exterior de esta realidad interior”.

“Que la autoridad que el Señor nos confiere sea una autoridad en orden al servicio y al servicio de los demás, no al servicio de uno mismo, al servicio de la evangelización, de la misión”, aconsejó. “Entre nosotros, la autoridad la tenemos que ver como cercanía y como servicio. El primero de ustedes tiene que ser el servidor de todos, esa es la dimensión que tiene la autoridad como servicio a los hermanos”.

“Si alguien me preguntara que le podemos regalar por la ordenación diaconal a estos hermanos nuestros, a mí lo que me surge como respuesta es tres manteles, que ojalá sea lo que más usen: el mantel para la palabra, para el altar, y para los pobres”.+