Malestar en el arzobispado de Córdoba por la suspensión de las celebraciones religiosas

  • 15 de octubre, 2020
  • Córdoba (AICA)
Expresó su propósito de "no acompañar esas medidas" a las que estimó "exageradas" y afectan la vida espiritual de los cordobeses. Espera que las autoridades entiendan esta necesidad vital.

Ante la perspectiva de suspender las celebraciones litúrgicas por nuevos casos de coronavirus en la provincia, el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, expresó a las autoridades su “malestar” y propósito de “no acompañar esas medidas”, a las que estimó “exageradas” y que afectan a la salud espiritual de las personas, especialmente en un tiempo de cuarentena prolongada. 

“Es mi deseo seguir solicitando un diálogo franco sobre el particular con las autoridades. Para una salud cuidada, todos los aspectos de nosotros mismos deben estar equilibrados. Mente, cuerpo y espíritu tienen que estar en armonía unos con otros”, sostuvo en un comunicado.

“No podemos centrarnos, solamente, en lo material y descuidar lo espiritual”, aseguró, y recordó que “así lo enseña la buena ciencia, a lo que se agrega la experiencia de la situación que estamos padeciendo desde el mes de marzo”.

“No veo, por tanto, dificultad en que, observando con prudencia y como se viene haciendo, las medidas protocolares, se pueda atender la imperiosa necesidad espiritual de todos los fieles”, aseveró. 

“Albergamos la esperanza que nuestras autoridades puedan comprender esta necesitad vital y posibilitar también la atención de la salud espiritual de los ciudadanos”, concluyó. 

Firman el comunicado el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez y los obispos auxiliares, monseñor Pedro Javier Torres y Ricardo Orlando Seirutti.

Texto del comunicado
Queridos hermanos miembros de la Arquidiócesis de Córdoba 

A través de este medio me dirijo a ustedes para comentarles brevemente cómo estoy viviendo la situación derivada de la pandemia que nos aflige a todos y la gestión realizada ante las autoridades públicas. 

Luego de haber recibido, este último fin de semana, las disposiciones de un nuevo decreto de necesidad y urgencia, tanto a nivel nacional como provincial, siento la necesidad de acercarme a cada uno de ustedes para acompañarlos y alimentar la esperanza de tiempos nuevos. 

A lo largo de todo este difícil tiempo, hemos podido constatar que en nuestros templos católicos se han observado y se observan cuidadosamente, los protocolos aprobados por la correspondiente autoridad. 

Al mismo tiempo, en nuestros centros religiosos, sacerdotes, laicos y consagrados han colaborado con la acción estatal en las obras de asistencia alimentaria y sanitaria, observando también los protocolos. 

Ante la perspectiva de suspender las celebraciones litúrgicas, he recurrido a la autoridad provincial, manifestando mi malestar y mi propósito de no acompañar esas medidas, que estimo exageradas, y que afectan a la salud espiritual de las personas, especialmente en un tiempo de cuarentena prolongada. Es mi deseo seguir solicitando un diálogo franco sobre el particular con las autoridades. 

Para una salud cuidada, todos los aspectos de nosotros mismos deben estar equilibrados. Mente, cuerpo y espíritu tienen que estar en armonía unos con otros. No podemos centrarnos, solamente, en lo material y descuidar lo espiritual. Así nos lo enseña la buena ciencia, a lo que se agrega la experiencia de la situación que estamos padeciendo desde el mes de marzo. 

No veo, por tanto, dificultad en que, observando con prudencia y como se viene haciendo, las medidas protocolares, se pueda atender la imperiosa necesidad espiritual de todos los fieles. 

Los responsables de cada comunidad, con la ayuda de los consejos pastorales, deberán discernir el modo de concretar el acompañamiento espiritual de los fieles, y en la eventualidad de estar ante posibles contagios, suspender esas iniciativas hasta el total restablecimiento de la salud de sus integrantes. 

Albergamos la esperanza que nuestras autoridades puedan comprender esta necesitad vital y posibilitar también la atención de la salud espiritual de los ciudadanos.

Los saludo, de todo corazón y bendigo en el Señor Jesús y su Madre Santísima. 

Córdoba, 15 de octubre, en la fiesta de Santa Teresa de Jesús.

Informes: http://www.arzobispadocba.org.ar/+