Mons. Fernández propuso a Carlo Acutis como patrono de los jóvenes jujeños

  • 27 de octubre, 2020
  • San Salvador de Jujuy (AICA)
El obispo de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández, presidió el 25 de octubre la misa de cierre de la Peregrinación Virtual de la Juventud y propuso a Carlo Acutis como su patrono.

En el marco de las actividades en honor de la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya, el domingo 25 de octubre se llevó a cabo la Peregrinación Virtual de la Juventud.

La misa estuvo presidida por el obispo de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández, quien en su homilía se centró en la importancia de los jóvenes y recordó el modelo de la Virgen, “una jovencita, como cualquiera de ustedes”. María, recordó el obispo, “peregrinó hacia la casa de su prima, como muchos de ustedes que peregrinan a Río Blanco”.

“María va descubriéndose en el peregrinar, mujer amada por Dios, de ese Dios que es amor y que tiene para nosotros un designio de amor. Dios nos dio la vida para ser felices, no por lo que tengamos, una computadora, un celular, sino para ser felices un día en el amor de Dios en la casa del Padre, una felicidad que no se acaba nunca, la fiesta del Cielo”, destacó.

“En Dios alcanzamos los deseos más grandes, el deseo de infinito”, aseguró el prelado, y advirtió que esto puede identificarse en que “nada de este mundo nos llena, siempre queremos una cosa nueva, porque lo que tenemos lo tenemos por un rato y nos cansamos”

En ese sentido, explicó: “El verdadero deseo profundo está puesto en algo infinito, en Dios. Dios puso en nosotros ese deseo de infinito, de plenitud, de eternidad. El amor de Dios no terminamos nunca de entenderlo, porque es infinito”. Por eso, invitó a los jóvenes “a adentrarnos en ese amor infinito”, porque “con Él tenemos todo”.

“También ustedes, cuando peregrinan, tienen momentos de soledad. Hay momentos en que vamos solos, meditando nuestra vida, las cosas que llenan nuestro corazón. Así como en el camino se decanta lo que no sirve, y queda lo importante, así es en la vida”, comparó. “En la vida van desapareciendo algunas baratijas, lo que no sirve y va quedando lo indispensable para llenar nuestro corazón”.

“Cuando zarandeamos la vida, allí queda Dios. El amor de Dios da sentido a mi vida”, sostuvo.  “Ninguno vino a este mundo por casualidad. El amor de papá y mamá fue instrumento del amor de Dios que nos pensó a cada uno en particular. Dios nos dio una misión para este mundo”.

El obispo hizo luego la comparación con el rompecabezas: “Así es en el misterio de la vida, cada uno tiene su lugar y es importante. No hay ninguna ficha que no sirva. Cuando uno no pone lo propio, el mundo queda rengo, algo le falta”, alertó. 

Por eso, consideró, “hoy cada uno de nosotros tiene que agradecer que Dios nos mira con amor, que nos cuida con amor, que nos espera. Ese amor ha sido concreto, ha sido la sangre de su Hijo. El amor de Dios no es verso, es verdad, es  la sangre del Hijo de Dios, con los ojos llenos de los rostros de cada uno de nosotros”.

A la luz de María, el obispo animó a “renovar nuestra vida, nuestras ganas, esas certezas importantes que necesitamos para gestar una patria nueva y más fraterna”.

“Los invito a que, de la mano de María, renovemos esta verdad: Dios nos quiere, nos ama personalmente”, animó. “Así lo entendió un jovencito que rompió nuestro corazón hace unas semanas atrás: Se llama Carlo Acutis”.

“Quince años tenía ese changuito, con la madurez de un hombre sabio”, destacó. “Descubrió que Dios era el tesoro más grande”.

“Vivía en una familia acomodada, no le faltaba nada, pero él con la platita que le daban sus padres, atendía  a los pobres. El día de su funeral, fueron un montón de mendigos. Eran los que él ayudaba con amor fraterno. Ese niño tuvo la certeza final de que Dios lo quería para el Cielo”, señaló.

“Ahora, con la Pastoral de la Juventud queremos traer su recuerdo, para tenerlo como patrono de los jóvenes, para que sepan que es posible ser santo aún a los 15 años”, propuso. “Es posible ser feliz, porque si tenemos a Dios lo tenemos todo y nada nos falta”, insistió.

“Recibimos al beato Carlo Acutis, lo acercamos a nuestro altar, para que hoy desde su corazón joven pueda albergar los deseos, las esperanzas, los anhelos de cada uno de ustedes, los jóvenes, para que podamos mirar un joven de hoy, con los gustos y la pasión de los jóvenes de hoy, con la computación, con la cual no se dejó enviciar, sino que la puso  al servicio de la evangelización”.

“El papa Francisco nos decía que Carlo Acutis sabía que los medios tecnológicos pueden arrastrarnos a cosas que no son de Dios, pueden volvernos seres adormecidos, llenos de cosas y sin Dios”. Sin embargo, “Carlo Acutis los usó para evangelizar”, valoró.

Finalmente, tomando una frase del beato Acutis, expresó: “Todos nacemos como originales pero muchos mueren como fotocopias” y advirtió: “No permitan que esto les suceda”.

“Atrévete, joven, a ser más… Atrévete, joven, a ser original, no seamos fotocopias. Seamos originales, nacidos y hechos para la felicidad”, exhortó.+