Mons. Rodríguez-Melgarejo dejó un testamento espiritual

  • 8 de enero, 2021
  • San Martín (Buenos Aires) (AICA)
El difunto obispo emérito de San Martín expresa agradecimiento, manifiesta su lugar de sepultura y ofrece sus pertenencias a la diócesis de San Martín.

La diócesis de San Martín dio a conocer el testamento espiritual de monseñor Guillermo Rodríguez-Melgarejo, su obispo emérito, fallecido en la madrugada del lunes 4 de enero.

El manuscrito, fechado el 11 de febrero de 2018, manifiesta el agradecimiento del prelado en primer lugar “a la Santísima Trinidad por el don de la vida”, y agradece a Dios “por el don del Bautismo, la Confirmación, la Santa Eucaristía, la Reconciliación sacerdotal y el Orden Sagrado”.

Seguidamente, el agradecimiento se extiende a padres, hermanos “y en ellos por toda mi familia paterna y materna”; y continúa agradeciendo a maestros, confesores, profesores, directores espirituales, amigos y amigas. 

Asimismo el obispo emérito de San Martín expresó luego su deseo de ser sepultado en el cementerio sacerdotal de la casa de Retiros El Cenáculo- La Montonera, en la localidad de Pilar.

Texto del testamento espiritual

San Martín, 11 de febrero de 2018

Doy gracias a la Santísima Trinidad por el don de la vida. 
Gracias por el don del Bautismo, la Confirmación, la Santa Eucaristía, la Reconciliación sacerdotal y el Orden Sagrado. Gracias por mis padres y mis hermanos y en ellos por toda mi familia paterna y materna. Gracias por mis maestros, confesores, profesores, directores espirituales, amigos y amigas.

Gracias por las comunidades que me han acogido y a las que procuré servir. Todo el bien que hubiere podido realizar, ha sido y es a merced de la Gracia de Jesucristo, el Señor Resucitado. Confío a Su Misericordia el cúmulo de mis omisiones, flaquezas y pecados. Imploro también el perdón de todos aquellos a quienes molesté o hice sufrir. 

Agradezco a la Iglesia su maternidad y confianza. Imploro la Gracia de la perseverancia filial, confiando en San José y en la intercesión de la Santísima Virgen María.

A quienes me preguntaron dónde quiero ser sepultado siempre les he respondido: en el Cementerio Sacerdotal de El Cenáculo, La Montonera, Pilar. Motiva esta elección la esperanza de alguna oración por parte de quienes allí concurren para Ejercicios Espirituales, Retiros, Semana de Pastoral  y otras convivencias.

Gloria a la belleza, santidad y amor Misericordioso y Providente de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven…!

Las pequeñas pertenencias que pudieran hallarse al momento de mi partida: quedan para la querida Diócesis de San Martín. Vale

Dejo constancia que es fotocopia del original.

+ Guillermo Rodríguez-Melgarejo