'Sin justicia no hay paz', dijo el Papa
- 3 de abril, 2024
- Ciudad del Vaticano (AICA)
En la audiencia general de este miércoles 3 de abril, el pontífice señaló que la justicia es "fundamental para la convivencia pacífica en la sociedad".
El Papa Francisco examinó la virtud cardinal de la justicia, señalando que ser justos nos lleva hacia Dios y que la justicia es fundamental para la convivencia pacífica en la sociedad.
"Sin justicia no hay paz", destacó el Santo Padre este miércoles 3 de abril durante su audiencia general semanal, celebrada en una nublada plaza de San Pedro.
Esta semana, el pontífice continuó su serie de catequesis sobre los vicios y las virtudes. Después de meses dedicados a los vicios, recientemente pasó a hablar de las virtudes, centrándose hasta ahora en la prudencia, luego en la paciencia y ahora en la justicia.
El Catecismo describe la justicia, segunda de las virtudes cardinales, recordó el Papa, como “la virtud moral que consiste en la voluntad constante y firme de dar lo que es debido a Dios y al prójimo”.
El Obispo de Roma subrayó que la justicia no es sólo una virtud que deben practicar los individuos, sino que es, sobre todo, una virtud social, ya que está dirigida a crear comunidades en las que cada persona sea tratada según su dignidad innata.
Ante esto, el Santo Padre sugirió que la justicia es la base de la paz.
Fundamental para la convivencia pacífica en la sociedad
La justicia, reafirmó el Papa, es fundamental para la convivencia pacífica en la sociedad.
"Un mundo sin leyes que respeten los derechos", advirtió, "sería un mundo en el que sería imposible vivir; parecería una jungla".
Sin justicia, dijo el Papa, no hay paz, y "donde no se respeta la justicia, surgen conflictos". "Sin justicia", advirtió el Santo Padre, "la ley de la prevalencia de los fuertes sobre los débiles está arraigada".
Caracterizadora de la vida cotidiana
Subrayando que la justicia es una virtud aplicable tanto a grande como a pequeña escala, el Papa aclaró que se refiere "no sólo a la sala del tribunal", sino también "a la ética que caracteriza nuestra vida cotidiana".
Al explicar que la justicia establece relaciones sinceras con los demás, el Papa dijo: "El justo es recto, sencillo y directo", y "no usa máscaras". Más bien, reflexionó el Santo Padre, se presenta "tal como es y dice la verdad".
Alguien que es justo, dijo el Papa, tiene una actitud de gratitud, sabiendo que hemos sido amados primero por Dios y que no somos dignos, y por eso, inspirado por "sentirnos en deuda", muestra amor al prójimo.
La persona justa
El Papa pasó luego a examinar varias características de quienes son justos.
"El justo", dijo, "venera las leyes y las respeta, sabiendo que constituyen una barrera que protege a los indefensos de la tiranía de los poderosos", y "no piensa sólo en su propio bienestar individual, sino que desea el bien de todos", de la sociedad en su conjunto."
Francisco sugirió que la persona recta no cede a la tentación de pensar sólo en sí misma y de ocuparse de sus propios asuntos, "por más legítimos que sean, como si fueran lo único que existe en el mundo".
"La virtud de la justicia deja claro -y coloca esta necesidad en el corazón- que no puede haber un verdadero bien para uno mismo", dijo, "si no existe también el bien de todos".
Antídoto contra la corrupción
Todos vigilan su propio comportamiento, para que no sea perjudicial para los demás, afirmó el Sucesor de Pedro, señalando que, "si comete un error, pide disculpas. En algunas situaciones, llega incluso a sacrificar un bien personal para lograrlo", poniéndolo a disposición de la comunidad.
Además, afirmó el Papa, "ama la responsabilidad y es ejemplar en la promoción de la legalidad".
Llamando a la justicia "el antídoto contra la corrupción", el pontífice insistió en "cuán importante es educar a las personas, especialmente a los jóvenes, en la cultura de la legalidad", para prevenir la corrupción y la ilegalidad.
Gente recta que busca la justicia
La persona justa, dijo el Santo Padre, "rehuye comportamientos nocivos, como la calumnia, el perjurio, el fraude, la usura, la burla y la deshonestidad" y "cumple su palabra".
El Papa Francisco concluyó diciendo que necesitamos, más que nunca, hombres y mujeres que busquen la justicia, y sugirió que ser "justos" nos "hará felices".+