Murió Mons. Toledo, sacerdote diocesano y secretario de obispos
- 11 de abril, 2025
- Avellaneda (Buenos Aires) (AICA)
Su deceso fue confirmado por la curia diocesana de Avellaneda-Lanús. Tenía 79 años. La misa por su eterno descanso está prevista para este viernes 11 de abril, a las 12, en la catedral local.

Monseñor Roberto Marcial Toledo murió este jueves 10 de abril, a los 79 años de edad, confirmó la curia diocesana de Avellaneda-Lanús.
"Con profunda tristeza, comunicamos el fallecimiento de Monseñor Roberto Marcial Toledo, ocurrido este jueves 10 de abril, fecha tan significativa por coincidir con la creación de la diócesis a la que tanto amó y sirvió con entrega pastoral, humildad y fidelidad", expresa el comunicado.
"Agradecemos sinceramente a los familiares y amigos que lo acompañaron con tanto cariño y cercanía durante su vida y en estos últimos días. También a todos los que, con sus oraciones y gestos de afecto, han expresado su cercanía en este momento de dolor", agrega.
El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Marcelo Margni, invitó a la comunidad diocesana a unirse en oración por el eterno descanso del sacerdote y a dar gracias a Dios por su vida, su testimonio y su entrega generosa a la Iglesia.
"Que el Señor, a quien sirvió con amor, lo reciba en su Reino y le conceda la paz eterna", pidió.
La misa de exequias está prevista para este viernes 11 de abril, a las 12, en la catedral Nuestra Señora de la Asunción.
Larga trayectoria pastoral diocesana
Toledo nació el 2 de mayo de 1945 en la provincia de Entre Ríos y fue ordenado sacerdote el 4 de junio de 1970.
Desarrolló casi toda su vida pastoral en Avellaneda, donde en 1968 fue también secretario privado de monseñor Eduardo Pironio.
En esta jurisdicción eclesiástica, dirigió los Cursillos de Cristiandad, fue asesor de Caritas e impulsó la pastoral juvenil.
Al llegar monseñor Antonio Quarracino a la diócesis, fue su secretario privado entre 1969 y 1979 y continuó en la misma función cuando fue promovido a la Arquidiócesis de Buenos Aires. Lo hizo hasta el deceso del purpurado en 1998.
En 1986, monseñor Rubén Di Monte lo nombró vicario general y volvió a ejercer la misma misión tras su regreso a la diócesis por la muerte de Quarracino.
Luego fue párroco de la catedral de Avellaneda y uno de sus últimos destinos pastorales, bajo el gobierno pastoral de monseñor Rubén Frassia, fue la parroquia Nuestra Señora de Luján, en la localidad bonaerense de Sarandí.+