Rosario por el Papa Francisco en la basílica Santa María la Mayor
- 25 de abril, 2025
- Roma (Italia) (AICA)
El cardenal Tagle guió el rezo de la oración mariana en la templo romano elegido por el pontífice para su descanso eterno. El purpurado encomendó a Jorge Bergoglio a las manos tiernas de María.

La foto del Papa Francisco, la copia de "su" Maria Salus Populi Romani en el parvis de la basílica de Santa María la Mayor, el pueblo de Dios llegado desde el extranjero, pero también desde distintas partes de Italia se reunieron para rezar por el pontífice fallecido el 21 de abril.
Todo habla del pontífice en este lugar elegido para su descanso eterno. El rezo del Rosario, introducido por el cardenal Luis Tagle, proprefecto del Dicasterio para la Evangelización, estuvo precedido por el tañido de las campanas de la basílica y luego por la entonación del himno mariano "Iré a verla un día".
El purpurado filipino introdujo los Misterios Luminosos recordando las palabras de Jesús resucitado a sus discípulos turbados por los acontecimientos de la Pasión. "¿Por qué están turbados y por qué surgen dudas en sus corazones?".
"Jesús -recordó el cardenal Tagle- se da a conocer, los toca, come con ellos y continúa abriendo los horizontes de sus corazones a través de la explicación de las Escrituras para liberarlos del miedo a la muerte". Palabras, añadió dirigidas "a cada uno de nosotros para dar esperanza y certeza a nuestra vida".
"El Maestro y Señor vino a darnos la vida, la vida que no tendrá fin. Con este espíritu recemos por nuestro amado Santo Padre Francisco, confiándolo a las tiernas manos de María Santísima, Salus Populi Romani. Puerta del cielo intercede por nosotros", concluyó.
Afecto por el Papa Francisco
Muchos fieles rezaron al unísono con el rosario en mano, cada uno con una historia diferente y hermosa, cada uno conmovido por los gestos y las palabras del Papa Francisco.
Estaba Monika, por ejemplo, que vino de Viena. El lunes, poco antes de enterarse de la muerte del Obispo de Roma, había sacado su pasaje para venir a Roma y asistir a la canonización de Carlos Acutis. El cambio de planes no la hizo renunciar al viaje, al contrario. Aquí ante la Virgen recordó la revolución de ternura de Francisco, refiriéndose a un encuentro en enero en la basílica de San Pablo Extramuros, cuando el Papa había besado suavemente a un recién nacido.
Michela, por su parte, procede de la provincia de Bérgamo y contó que ha venido a Roma para rendir homenaje a Francisco en San Pedro. Mañana se marchará, pero llegó a tiempo para atravesar la Puerta Santa y rezar ante el féretro del Papa.
"Hicimos una fila muy corta", en realidad fueron unas buenas dos horas, pero ese "muy corta" da buena cuenta del cariño que el pueblo de Dios tuvo siempre por Jorge Bergoglio.
Los rosarios bendecidos
Entre las muchas personas presentes, está Teresa, de Terlizzi, en la provincia de Bari, que, antes del rezo a la Virgen, hizo bendecir su rosario de perlas blancas por un sacerdote sentado unas filas más atrás.
Lo pide con amabilidad y emoción, tiene otros en su bolso y los hace bendecir también, probablemente al volver a su país los distribuirá entre sus seres más queridos como recuerdo de los días de luto por el Papa.
El rezo del Rosario terminó con el canto de la "Salve Regina" y la oración de encomienda a María Salus Populi Romani, la Madre dispuesta a abrazar de nuevo a su amado hijo Francisco.+ (Vatican News)