San Luis: Multitudinaria devoción al Señor de Renca y al Cristo de la Quebrada

  • 4 de mayo, 2025
  • San Luis (AICA)
Como cada año, fieles de diversas partes peregrinaron hacia ambos santuarios para llevar sus intenciones y tomar gracia en este Año Jubilar. Ambas misas fueron presididas por el obispo Gabriel Barba.

Miles de fieles de la diócesis de San Luis vivieron el sábado 3 de mayo la fiesta patronal en honor al Divino Señor de Renca y al Santo Cristo de la Quebrada.

En el santuario de Renca, durante el novenario se realizó una maratón, una peña folclórica, peregrinaciones y las tradicionales caravanas de bicicletas y cabalgatas con gauchos. La misa fue presidida por el obispo diocesano, monseñor Gabriel Barba, y participó el gobernador de esa provincia, Claudio Poggi; el vicegobernador, Ricardo Endeiza, entre otras autoridades provinciales y municipales.

Por la tarde de ese día, el prelado también celebró la Eucaristía ante la presencia de cientos de fieles que rindieron homenaje al santo Cristo de la Quebrada. Allí también estuvo el gobernador Poggi, el vice Endeiza, junto con otras autoridades.

En la homilía, monseñor Barba recordó que el santuario "es la casa de todos, no solo de los puntanos y sanluiseños, sino también para los que vienen de Mendoza, San Juan, La Rioja, La Pampa y otras provincias".

Aseguró luego que "nosotros no nos vamos a salvar por grandes acciones, la acción más grande de la salvación la hizo Jesús en la cruz. Entonces tenemos que dejar que Dios obre en nosotros".

Seguidamente, mencionó al Papa Francisco, quien en su última bendición 'Urbi et Orbi', clamó por la paz y el fin de las guerras que tantas vidas inocentes se llevan, especialmente la de los niños.

Después de la misa y la bendición del obispo, la imagen del Santo Cristo de la Quebrada quedó expuesta en el atrio del santuario para que los fieles pudieran tomar gracia y luego se realizó la procesión por las calles llenas de devotos que al paso del Cristo lo saludaban entre lágrimas y pañuelos.

Entre cánticos, rezos y promesas cumplidas, la fe volvió a unir a miles de almas en un mismo sentir. En cada paso, en cada rostro, se sintió la fuerza de una devoción que atraviesa generaciones y que sigue viva en el corazón de su pueblo.


Historia de la devoción

La devoción al Cristo de la Quebrada tuvo su origen en un hecho ocurrido entre 1847 y 1868, cuando Tomás Alcaraz, propietario de tierras en la actual zona de Villa de la Quebrada, estaba buscando madera para la construcción de la casa de uno de sus hijos. Encontró un algarrobo mediano y, al clavarle un hachazo, de este se desprendió una astilla, quedando al descubierto una cavidad y, dentro de ella, un crucifijo.

Con amoroso cuidado, don Tomás lo tomó, montó a caballo y, presuroso, regresó a su casa, que se encontraba a una media legua. La noticia del hallazgo se difundió entre los vecinos de El Guanaco. En la zona no había memoria de que alguien perdiera un objeto de esa naturaleza o lo escondiera en la incipiente concavidad de un árbol en crecimiento; además, la imagen del Cristo no se había roto por el crecimiento del tronco que lo cubría.

Ese fue el primer milagro del Cristo de la Quebrada, en la versión sustentada por la tradición lugareña. Tomás Alcaraz le armó un altar con velas en su casa. Al día siguiente, el Cristo no estaba, aunque nadie de la familia lo había movido del lugar. Lo encontraron nuevamente en el árbol, lo que fue interpretado como que ese era su lugar y se debía construir allí un templo.

Don Tomás Alcaraz decidió levantar entonces el templo que custodiara la milagrosa imagen en el mismo lugar donde la había encontrado, el cual coincide con la explanada del actual Santuario.+