Mons. Olivera: 'María es nuestra madre y se interesa por cada uno de sus hijos'
- 9 de mayo, 2025
- Buenos Aires (AICA)
"No podremos equivocarnos si sabemos que María, nuestra madre, también de manera distinta nos sigue acompañando y nos sigue sosteniendo", aseguró el obispo castrense.

En la solemnidad de la Virgen de Luján, el obispo castrense y de las Fuerzas Federales de Seguridad, monseñor Santiago Olivera, presidió el jueves 8 de mayo la misa en la parroquia Nuestra Señora de Luján, ya que la patrona de los argentinos es también intercesora y protectora de ese obispado, de la Gendarmería Nacional (GNA) y de la Policía Federal (PFA).
Concelebraron la Eucaristía, el vicario general, monseñor Gustavo Acuña; el rector del seminario diocesano, presbítero Daniel Ramos; los capellanes mayores del Ejército Argentino, presbítero Eduardo Castellanos, de la Armada Argentina, presbítero Francisco Rostom; de la Fuerza Aérea Argentina, presbítero César Taur; de la Gendarmería, presbítero Jorge Massut; de la Prefectura, presbítero Diego Tibaldo, y de la Policía de Seguridad Aeropuertaria, presbítero Rubén Bonacina, junto con capellanes castrenses de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad.
En la homilía, Mons. Olivera señaló: "Celebramos hoy a nuestra Madre, y también nos unimos en esta primera Eucaristía aquí, rezando por el papa León XIV".
Al respecto, compartió unas palabras "sobre lo que la providencia nos ha querido regalar en el día de la Virgen de Luján, a un papa que tiene mucho que ver entre nosotros. El actual Santo Padre ha venido en varias oportunidades a nuestra Argentina, pero más que eso, que nos hace cercano a nuestra Patria, es agustino, pero también, por su cercanía a nuestra tierra latinoamericana, a nuestro lenguaje, nuestra historia".
El obispo castrense recordó que el nombre León XIV, en la interpretación de su elección, es que León XIII fue un papa que tuvo un pontificado extenso, "reconciliando la Iglesia al modernismo, pero también dando con clara doctrina su mirada, su advertencia sobre el comunismo y el liberalismo".
"Al Papa León XIII también lo conocemos por su Encíclica social, Rerum Novarum que tanto marcó la problemática de los más pobres, de los trabajadores, de los obreros, la plasmación de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI)", enfatizó.
"Puede ser -agregó- que quiera continuar en este camino de dialogo de la cultura, con la firmeza de nuestro tiempo, con solidez, pero también poder como él nos dijo, creando puentes, viviendo el dialogo, siendo solidarios. Rescatando esto tan tierno podríamos decir, de gratitud a Francisco, a quien él de algún modo continúa en sus rasgos evangélicos, las huellas cristianas, así que todo esto es motivo de dar gracias".
Monseñor Olivera dijo además que "a esto, sumamos, haciendo un poco de historia, aquellos que estudian a San Francisco de Asís, su mejor amigo, su secretario privado, aquel en que descansaba, era fray León. Es decir, este indicio podría ser motivo de su elección de nombre y si no lo pensó, le ayudamos a pensar nosotros, que él que colaboró con el Santo Padre Francisco, que lo llamó a ser cardenal de la Iglesia y prefecto del Dicasterio de los Obispos. Que este papa León XIV pueda ser aquel amigo que supo entender el corazón del papa Francisco, así que por todo esto, damos verdaderas gracias a Dios".
En la continuidad de la celebración, recordó: "Celebramos hoy a nuestra Madre de Luján, vimos en el inicio de los hechos de los Apóstoles, en la primera lectura, después de que regresan, estaban todos íntimamente unidos y en oración con algunas mujeres, estaba la Madre de Jesús, María. Desde el inicio, María acompañó a esta Iglesia naciente que sin duda en Pentecostés tiene su acontecimiento central".
El prelado destacó el hecho de que "Jesús, siguiendo el proyecto del Padre, transita el camino de la cruz, ofrece su vida muriendo en la cruz y con su muerte nos gana la vida. En ese momento fundamental, le dice a Juan, 'ahí tienes a tu Madre', y a María le dice, 'ahí tienes a tu hijo', entregó a María como Madre desde aquella hora, el discípulo la recibió como suya".
María, madre de todos
"Nuestro amor a la Virgen es profundo, la recibimos también como nuestra, sabemos que es-permítanmelo decirlo como Jesús- 'es suya', de ustedes, nuestra, de todos. En Luján, antes de ser patria, en 1630, ese acontecimiento, donde la Virgen que, siendo trasladada rumbo a Sumampa, Santiago del Estero, se quiere quedar a orillas del río Luján".
"Todos conocemos su historia, María quería quedarse porque ella estuvo siempre entre nosotros y la maternidad que recibió en la cruz no la vivió solo en ese tiempo, sino a lo largo de la historia, en las distintas advocaciones de la Madre de Dios", subrayó.
Y manifestó: "María es nuestra Madre y se interesa por cada uno de sus hijos. Por eso celebrar a la Virgen, celebrar a la Madre de Dios, celebrar a la Madre de Jesús es un motivo de reconocer de nuevo nuestro cariño, nuestro afecto, nuestra certeza de que María está también entre nosotros. Podemos decir que donde dos o tres se reúnen, estoy yo-dice el Señor- en los apóstoles estaba la Virgen, no podremos equivocarnos si sabemos que María nuestra Madre, también de manera distinta nos sigue acompañando y nos sigue sosteniendo".
Finalmente, monseñor Olivera resaltó: "Quisiera compartir lo que tantas veces repito, el acontecimiento en la Boda de Caná, en Galilea, cómo la Virgen, como buena mujer, buena Madre y buena esposa miraba las necesidades. Estaba con esa mirada de ese ser mujer, he hizo que su Hijo adelantara el signo del milagro y convirtiera lo que era agua en vino".
"Este acontecimiento que adelantó la hora de Jesús, por la convicción, por la ternura, por la cercanía, por la misericordia, por la compasión de la Virgen está presidida con esta certeza de que Jesús le iba a cumplir lo que le estaba pidiendo y les dice a los sirvientes, 'hagan lo que Jesús les pida. Me gusta repetirlo, porque a veces tenemos necesidades, María está al lado nuestro, la celebramos, pero también sabe de nuestras carencias, de nuestras necesidades, de nuestros dolores, de nuestra situación", aseveró.
Y concluyó: "Que podamos acudir a María sabiendo que siempre nos escucha, pero que nosotros podamos también escucharla, cuando nos dice, 'hagan lo que Él les diga'".+